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Osvaldo Parma Trejo Argentino en Euskadi

Diálogo ante no diálogo

Estamos en un momento donde el diálogo político está considerado por algunos una monstruosidad. Parece que el Estado se hubiese vuelto loco, criminalizando el diálogo

Ya nos recordaban Tamayo y Fariñas que «el diálogo forma parte de la estructura del ser humano. Este, más que lobo para sus semejantes, como pensaba Hobbes, es un ser social, y la sociabilidad implica espacios de comunicación, escenarios de encuentro, lugares de diálogo. (...) Lo expresaba certeramente Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz: `Yo soy si tú eres'. El ser moral de la persona implica la alteridad y no se entiende sin la mediación dialógica: la ética comienza cuando los otros entran en escena.

El diálogo forma parte de la estructrura del conocimiento. La razón es dialógica... Ahora bien, el diálogo requiere argumentación como paso necesario en toda búsqueda y momento vital en el debate, de lo contrario no se produce avance alguno y siempre se está en el mismo sitio. Argumentación que exige exponer las propias razones, pero escuchar también las razones del otro».

Estas reflexiones pueden perfectamente aplicarse al diálogo político-social y ser columnas verdaderas de las bases que devengan en la justicia y la paz.

Estamos en un momento donde el diálogo político está considerado por algunos una monstruosidad. Parece que el Estado se hubiese vuelto loco, criminalizando el diálogo.

Nosotros, desde la no violencia activa y en sintonía con Egin Bide Pakeari, propugnamos diálogo entre quienes pueden solucionar el conflicto. Diálogo y luego diálogo y negociación entre quienes pondrán las bases de la negociación.

En mi caso, siento la necesidad de manifestarme con Egin Bide Pakeari el primer y tercer jueves de cada mes para dar camino a la paz, también como respuesta a quienes propugnan el no diálogo o la no solución. Sus argumentos me parecen falsos e hipócritas.

Recordamos antes que nada que la denuncia de violaciones de derechos humanos es un arma en la lucha por la defensa de los derechos humanos.

El partido más atrincherado en el ídolo del no diálogo pretende hacer aparecer como bueno o conveniente lo perverso o la insistencia en medidas que se oponen a derechos humanos básicos. Por ejemplo, la dispersión, causante de la muerte de 15 familiares de presos; la incomunicación, lapso donde se hace realidad la tortura; la negación de la autodeterminación, como si este derecho fuese satánico y no hubiese ejemplos de su práctica en otras partes del mundo. Sólo pensar en Escocia, Irlanda, Flan des, Qebec...; la unidad de España como si ésta fuese una verdad revelada; el mostrar como bien la amistad con potencias imperiales y criminales como Estados Unidos en detrimento de supuestas amistades peligrosas.

Por otra parte, se acusa al lehendakari por impulsar una consulta y dialogar con los dirigentes de Batasuna so pretexto de atentar contra la Constitución; diarios y radios cerrados por autos judiciales; sumarios como el 18/98 procesan a decenas de personas acusadas de terrorismo por pertenecer a los consejos de dirección de «Egin» y «Egunkaria» o a fundaciones socio-culturales como Zumalabe y otras (de paso, recordar -pasar por el corazón- que el director de «Egunkaria» y otros miembros de la dirección de este periódico fueron torturados); y, como dijo recientemente un articulista, las condenas, cumplimientos de penas y situación carcelaria de presas y presos son bastante más duras que en tiempos de Franco.

Ahora bien, la represión del diálogo, el encarcelamiento de dirigentes de partidos, etc. parecen cargar de razones a quienes sienten truncada la vía del diálogo y la negociación y se vuelcan hacia la respuesta violenta, incluso armada. Aquí hay un gran peligro (hay amenazados y nuevas víctimas, aunque no mortales, de la respuesta violenta) y aquí, en nuestra opinión, puede ser necesaria y oportuna la convicción y la práctica de la no violencia activa, promoviendo la justicia y el derecho, exigiendo que se dé camino a la paz. Egin bide pakeari.

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