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IBILIZ IBILI | JUAN MARI FELIÚ «kulixka»

Otse montaña recóndita del Pirineo navarro

Como sus vecinos Xexeta y Marikalda, esta alargada montaña con varias alturas que separan el valle de Igari al Norte y los pueblos de Izize y Uskartze, presenta un escenario solitario y tranquilo, cubierto principalmente de densos bosques de pino silvestre. A esta montaña, conocida también por Sasari, se puede llegar relativamente pronto siguiendo el sendero PR NA-63 (Izize-Igari), lo que permitirá disfrutar en una época ideal de los colores del otoño que aún se mantienen.

Una vez en el pequeño y cuidado pueblo de Izize, el itinerario arranca de la parte alta por una pista que lleva al fondo del barranco de Las Huertas. Cruzada la regata tendremos a la izquierda el antiguo camino de Sasari, lugar por donde regresaremos de la cumbre siguiendo las marcas del citado sendero PR NA-63. Una amplia pista «todo uno» nos permitirá ganar altura cómodamente por los flancos de la montaña, mientras iremos entrando en contacto con el bosque mixto de robles y haya con predominio del pino silvestre. Tras pasar una fuente estaremos ante la primera de una serie de bordas que jalonan el fondo del barranco, lugar donde el itinerario abandona la pista para ganar altura por un visible camino situado a la izquierda.

Por fuerte pendiente, iremos ganando altura por los flancos meridionales de Otse hasta que el camino finaliza en un rellano, próximo a una borda. Aquí daremos paso a una senda que más arriba nos llevará al antiguo camino de Sasari, donde veremos las señales blanco/amarillas del sendero PR que facilitan la progresión. Tras pasar sobre un balcón donde daremos vista a las cumbres de Xexeta y Marikalda, saldremos al exterior del bosque en un raso donde quedan los restos de una borda. Desde aquí veremos el amplio collado de Sasari y su borda entre el pinar, a donde llegaremos tras un contorneo bajo la cumbre de Otse.

Una vez en el collado de Sasari (1.029 m.), con la borda cercana a nuestra derecha, nuestro recorrido gira a la izquierda abandonando el camino que inicia el descenso hacia Igari para acometer la subida a la cumbre, que ofrece una perspectiva agresiva, especialmente el puntal de Moskalapotxa. Aquí, la sendas que se abren hacia la cumbre se van deshilachando y perdiendo entre la vegetación por la fuerte pendiente. Ligeramente a la izquierda de un farallón rocoso daremos con una alambrada donde hay un paso que, en escasos metros, da acceso al lomo cimero. Aquí, una senda que sigue el perfil de la cresta lleva por la derecha (E.) al puntal de Moskalapotxa (1.131 m.).

Los siguientes pasos serán por el lado contrario (O.), por el interior de la umbría del bosque que cubre la parte norteña de la montaña hasta salir a un pequeño raso en la loma. Posiblemente, no hayamos visto un poco antes a nuestra izquierda el desvío de una senda. El itinerario continúa hasta salir a un gran raso, cubierto de cerrado sotobosque (1.170 m.). A partir de aquí, será la intuición del excursionista la que guíe, pues hay que descender unos metros hacia el S. por una borrosa senda que lleva a un viejo camino hasta el borde rocoso de la montaña. De este lugar hemos de seguir hacia la izquierda (E.) y llegar a una alambrada para, finalmente, alcanzar la cumbre de Otse (1.188 m.).

Rocosa y pequeña, donde veremos un taco cartográfico y un mojón de piedras, la cima de Otse ofrece una amplia vista, especialmente orientada hacia el SE. El regreso lo haremos por la ruta de subida hasta poco después del balcón (en 1 h.), donde enlazaremos con el camino viejo de Izize siguiendo las marcas del PR NA 63 hasta el pueblo. En este tramo veremos al paso una fuente.

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