Un guarda foral cazará 120 cormoranes hasta la primera quincena de enero en Bizkaia
Un guarda foral será el encargado de eliminar a 120 ejemplares de cormorán grande, el 22% de la población invernal estimada, de las cuencas altas de los ríos vizcainos para preservar al salmón y la trucha común.
Agustín GOIKOETXEA |
La diputada vizcaina de Agricultura, Irene Pardo, explicó ayer en las Juntas Generales que un guarda se encargará a lo largo de diciembre y la primera quincena de enero, antes de que comience la migración, a la caza «con escopetas o carabinas de pequeño calibre» de 120 de los 596 ejemplares de cormorán grande que pueblan de setiembre a abril los cauces fluviales, según el censo en poder de la institución foral.
Pardo justificó la actuación de la Diputación en el seguimiento llevado a cabo de la especie desde 2003, del que se desprende que estas aves ictiófagas (que se alimentan de peces) están colonizando progresivamente los cauces altos de los ríos, poniendo en peligro los programas de repoblación del salmón y la trucha común. El cormorán grande -phalacrocórax carbo- pasará de ser una especie protegida hasta 2004 a ser sacrificada tres años después el 22% de su población en Bizkaia.
Gracias a la abstención del PSE en la comisión de Agricultura y Medio Ambiente de las Juntas Generales, PP, EB y Grupo Mixto no lograron ayer sacar adelante una proposición no de norma en la que se solicitaba a la Diputación vizcaina la suspensión cautelar de la orden foral, públicada el 13 de setiembre, que autoriza esta drástica medida del sacrificio de las aves. Con esta iniciativa, estos grupos políticos recogían las denuncias del grupo conservacionista Izate y el ornitológico SEO, que consideran «ilegal» la medida adoptada y que vienen aventurando que acudirán a los tribunales para impedir su aplicación.
La diputada jeltzale rechazó encargar nuevos estudios, tal y como le solicitaron los proponentes, con el concurso de expertos de la UPV-EHU. El portavoz de EB, Jonathan Martínez, incidió en que los dos últimos informes encargados por Agricultura han sido elaborados por una firma «vinculada a la actividad cinegética» y relacionados con la explotación de sendos cotos en Karrantza y Sopuerta.
Los junteros de la oposición reclamaron un estudio más en profundidad antes de sacrificar aves, medida que Irene Pardo rechazó, aunque anunció que para la próxima temporada lo estudiarán tras analizar la repercusión de la muerte de los 120 cormoranes sobre las colonias asentadas en el cauce del Ibaizabal en Euba; Alonsotegi; Altube-Arnauri, en Orozko; y en las cercanías de la planta de Sidenor, en Basauri.
La responsable foral argumentó que esperan acabar con buena parte de estos dormideros, que -en su opinión- ponen el peligro el valor ecológico de las cabeceras fluviales. El resto de los cormoranes, según indicó Irene Pardo, se alimentarán en los cauces medios y desembocaduras de otras especies, como la trucha arco iris, barbos, escailus, carpas, loinas, entre otras. La actual colonia de cormoranes se come, según los estudios encargados por la Diputación, 24 toneladas anuales de peces.
Desde la institución foral insistieron en que estas campañas de sacrificio «selectivo» son comunes en países europeos. Ante los avisos de que la medida puede ser «ilegal», como resolvieron los tribunales en el caso de la caza en contrapasa, sus responsables están dispuestos a limitar la caza hasta la primera quincena de enero de 2008, a partir de cuando inician la migración hasta abril.
Colectivos conservacionistas vienen denunciando que el sacrificio de los cormoranes es una medida «ilegal» que recurrirán ante los tribunales, que ya fallaron a su favor respecto a la caza en contrapasa.
La diputada vizcaina de Agricultura, Irene Pardo, desveló que existen dormideros estables en Euba, Alonsotegi, Orozko y Basauri, sobre los que se actuará para evitar la colonización de los cauces altos de los ríos.