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Cita crepuscular en Maryland

La base naval de Annapolis (Maryland) es el escenario elegido para una nueva cumbre entre árabes e israelíes con la cuestión palestina como punto principal de la agenda. La cumbre ha arrancado con una declaración formal de apoyo a un proceso de negociación que debería abocar a un acuerdo antes de que George W. Bush abandone la Casa Blanca en 2009. El hecho de que se haya puesto un objetivo en apariencia modesto, como es anunciar ese compromiso negociador, corre a favor del éxito de la conferencia. Sin embargo, en la práctica, de esta cita en Annapolis se han eliminado las nociones claves para resolver la cuestión palestina. No se hablará, o no al menos en clave de concreción, sobre la creación del Estado palestino, ni sobre mapas territoriales, ni sobre la soberanía de Jerusalén, ni sobre el retorno de los refugiados. Todas las cuestiones básicas para el logro de un arreglo político efectivo y duradero han quedado en suspenso, y aunque se vea posible alguna mención al Golán o Líbano -con las que se ha atraído a la Liga Arabe o a Siria- lo previsto es que nada crucial se decida antes de un año.

Esa ausencia de las cuestiones centrales es vista con preocupación por la población palestina, como lo demuestra el hecho de que decenas de miles de personas salieran a las calles de la «desconectada» Gaza, pero también de ciudades cisjordanas como Naplusa, Ramallah o Hebrón, asumiendo el riesgo de morir, como es el caso de Hisbam el Baredi, de 37 años de edad, a quien dispararon los policías de la ANP a los que el presidente Mahmud Abbas ha dado órdenes estrictas de reprimir cualquier protesta popular contra la conferencia.

Como ocurre con Abbas, tanto Olmert como Bush son mandatarios que llegan a esta cita necesitados de un impulso de liderazgo del que carecen en sus países. Abbas no dispone de una mayoría democrática que avale su misión; Olmert llegó al cargo por enfermedad de Sharon y está pendiente de dos procesos por corrupción y Bush ha entrado en fase política terminal. De ahí el tono crepuscular de la cumbre en Annapolis.

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