Tantos años de oir hablar y de padecer el infierno griego, la pasión turca o el frío gélido moscovita, resulta que la cancha más inexpugnable del continente está a la vuelta de la esquina, concretamente en la Carretera a Zurbano. Aunque pueda sonar pretencioso y la animación y la presión estén lejos de la de esos templos del baloncesto como el OAKA, el Pabellón de la Paz y la Amistad, el Universal Sports Hall, el Abdi Ipkçi o el Palaverde, los números son claros y el Baskonia puede sumar hoy un mes de victorias consecutivas en casa en Euroliga, precisamente ante el último rival que logró profanar el templo azulgrana en un ya lejano 12 de enero de 2005.

Desde aquella fecha, los seguidores gasteiztarras han vivido desilusiones máximas en ACB como la cruel forma en la que se escapó la Liga 2005-2006 en el nefasto minuto negro del 26 de junio ante el Real Madrid o el 3-0 que le endosó Unicaja en la final de hace dos temporadas, pero en el que muchos consideran el segundo mejor campeonato del mundo tras la NBA, el equipo azulgrana está logrando un registro difícil de igualar; 30 victorias consecutivas, un guarismo que aspira a ampliar.

Habrá quien relativice esta marca argumentando el bajo nivel de muchos de los equipos que disputan las primeras ronda de la Euroliga, como pudieran ser Frankfurt Skyliners, Bamberg, Strasbourg, Rhein Energie o Pau Orthez, que ciertamente no son rival para el Baskonia, pero no se puede obviar que por Zurbano también han pasado grandes como el Panathinaikos -en tres ocasiones-, el propio CSKA Moscú, el Maccabi de Tel Aviv o el Benetton de Treviso en sus momentos más álgidos de su reciente historia.

No es casualidad que esta imbatibilidad en casa coincida con las tres presencias del Baskonia en Final Four, ya que aunque ante Benetton en 2005 y ante Panathinaikos en 2006 tuvo que superar el factor cancha que favorecía a sus rivales, el no fallar en casa resultó clave tanto en esos dos play-off como en el del año pasado ante Olympiacos, que se resolvió por la vía rápida, sin tener que apelar al tercer partido en casa.

Pocos supervivientes

Pese a que la impermeabilidad de Zurbano se ha mantenido, mucho han cambiado las cosas en un Baskonia en el que sólo quedan Prigioni, Vidal y Splitter de aquel equipo que cayó ante el poderoso CSKA por 81-85. Tampoco en el equipo ruso son muchos los que puedan recordar aquella fría noche de enero, menos aún si tenemos en cuenta que Theodoros Papaloukas y Savrasenko no vendrán a Gasteiz al estar lesionados. Pashutin, Holden y Andersen son los supervivientes del plantel ruso.

Pese a entrar en los últimos ocho minutos 71-63 a su favor, el Baskonia sucumbió ante el dúo Papaloukas-Brown, aunque luego se vengó en la Final Four.