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La Orden de Orange maquilla su imagen con lápices de colores

La Orden de Orange, formada por unionistas irlandeses, pretende desprederse de la conlifctiva imagen por la que es conocida, en parte debido al provocativo desfile que celebra cada año por las calles de Belfast. El lavado de cara incluye la creación de un superhéroe de cómic.

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Javier AJA | DUBLIN

La Gran Orden Orangista del norte de Irlanda, símbolo de los unionistas protestantes, continúa su campaña de lavado de imagen y captación con la creación de un superhéroe de cómic.

No tiene nombre aún. Pero este nuevo personaje rubio, musculoso, de prominente mentón y sonrisa seductora, es la antítesis del severo y escuálido rey al que representa: Guillermo de Orange (1650-1702).

El Rey Billy, como le denominan su seguidores popularmente, derrotó al monarca católico Jacobo II en 1690 en la batalla del Boyne. Los unionitas conmemoran anualmente esta batalla con un desfile de tintes militares, al son de atronadores tambores, serios y cariacontecidos, mientras portan estandartes que glorifican un pasado bélico. La marcha levanta, un año sí y otro también, las protestas de las comunidades católicas, puesto que tradicionalmente, los orangistas se han empeñado en adentrarse en los vecindarios republicanos a modo de provocación.

David Hume, «director de servicios» de la Orden, ha explicado que la campaña de «modernización» de esta logia les ha obligado a «pensar en cómo nos comunicamos con las nuevas generaciones. Queremos convertir la organización en algo más relevante para ellos y menos relamido».

«Este año presentamos un nuevo logotipo para la Orden que es más moderno y vibrante y ha funcionado muy bien. Ahora estamos distribuyendo 20.000 folletos sobre la historia orangista en las escuelas. La respuesta ha sido fantástica», señala Hume en la web de la asociación.

Según este líder unionista, el nuevo héroe es «divertido» y aparecerá en las tarjetas de Navidad, así como en otros productos de mercadotecnia de la Logia, en cuanto reciba un nombre, para lo que se ha lanzado un concurso público.

«No estamos seguros de que vaya a durar tanto como el Rey Billy y, por supuesto, nunca lo substituirá, pero algún joven tiene ahora la oportunidad de ganar un premio dándole nombre a un héroe que será visto en todo el mundo», añade Hume.

Mallas narajas y capa púrpura

El anónimo superhombre renuncia casi por completo al característico atuendo del orangista, reconocible por su traje negro con corbata y bombín a juego; su bastón en mano y su orla naranja al cuello.

Sólo necesita unas mallas naranjas, orla y una capa púrpura para derrotar ahora a no se sabe qué enemigo, toda vez que la Orden dice haber abandonado de una vez por todas su marcado carácter político en favor de uno «puramente cultural».

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