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Iñaki Iriondo Corresponsal político de GARA

Puntualizaciones a Pedro Ibarra e Igor Ahedo

Para contar lo que veía recurrí a los datos. Los profesores Ibarra y Ahedo, sin refutar ni un dato, me somenten a un juicio de intenciones en el que son juez y a la vez parte

Cualquier lector de este diario tiene derecho a opinar con libertad de cuanto en él se publica, pero dado que Pedro Ibarra e Igor Ahedo me acusan públicamente de hacer trampas, creo preciso hacer algunas puntualizaciones.

A la hora de abordar cómo informar del acto de presentación de las conclusiones de la primera etapa de la «Iniciativa para la participación ciudadana en la construcción de la paz, Konpondu», me propuse hacerlo a través de lo que, como periodista, más me había llamado la atención. ¿Qué había visto? Allí había gobernantes, alcaldes, miembros de las entidades que participan en la iniciativa, dos expertos de la Universidad de Columbia para analizar lo que opinan los participantes en los foros -lo que obligaba la contratación de traducción simultanea- e incluso personal de Lehendakaritza que no acertaría a decir qué relación tenía con la iniciativa. Aquello no era un reflejo de participación ciudadana ni de los protagonistas de los foros, sino un acto de autocomplacencia institucional.

Para contar lo que veía recurrí a los datos; exponiendo además cuál era la fuente de cada uno de ellos, preocupándome muy mucho de no introducir ni una sola opinión personal en el texto. Para mi sorpresa, los profesores Ibarra y Ahedo, a pesar de no refutar ninguno de los datos ofrecidos, me someten a un juicio de intenciones por lo que digo y también por lo que no digo y, según ellos, debiera decir.

Y me acusan de hacer trampa. Por ejemplo, se preguntan «¿por qué se fija el artículo en la calidad del papel y no en la calidad de lo que se dice en el papel?». Yo informé de la «notable calidad» del papel de la publicación porque eso el lector de la información no podía verlo, e informé, casi literalmente, de las recomendaciones de los expertos y de las principales conclusiones de los foros para que cada lector o lectora juzgara.

Me acusan también de hacer bromas. La principal: «considerar un escándalo que se gasten 200.000 euros en participación ciudadana en el proceso de paz y normalización política». Ahí sí que se hacen varias trampas. Los 200.000 no son para participación ciudadana, así en general, sino -como se señala expresamente en la información- lo presupuestado para los foros municipales. Porque la suma es más elevada. Añadan a eso los sueldos del personal ya contratado antes de firmar el acuerdo con Eudel, lo que cuesta la web, los foros de la diáspora... En el presupuesto se fijaban, al menos, casi otros 200.000 euros.

¿Es eso mucho o poco para movilizar a 500 personas? Reconocen Ibarra y Ahedo que «ciertamente es mucho para movilizar a los ya movilizados. Pero es poco para movilizar a los que no se movilizan, los más». ¿A quiénes se movilizó? Pues en la página 28 del informe los expertos de la Universidad de Columbia hablan de un «probable proceso de autoselección de los participantes», que eran «aquellos que estaban interesados, o al menos sentían curiosidad por esta iniciativa». O sea, según entiendo, «los ya movilizados».

Pero todo esto, supongo, ya lo sabían Pedro Ibarra e Igor Ahedo. Porque además de jueces de mis intenciones son parte del proyecto. Miembros del grupo de investigación «Parte Hartuz» que según un convenio firmado el 26 de febrero de 2007 con Lehendakaritza, participa en el «diseño, implementación y evaluación» de Konpondu y pone en marcha los foros universitarios, por lo que Lakua paga a la UPV 30.000 euros.

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