El Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbo muestra, en una de sus secciones paralelas, los trabajos de vídeo-creación de E.B.A. (Euskal Herriko Bideo Artistak).

Comisariado por Itxaso Díaz y Begoña Hernández, el ciclo está formado por una selección de trabajos que atienden a los criterios de territorialidad (ser de o trabajar en Euskal Herria) y experiencia en la práctica creativa. Sus promotoras subrayaron ayer en rueda de prensa la importancia de la «visibilidad» del proyecto. «Es raro que estos trabajos puedan verse fuera del marco museístico. Por eso está bien que se exhiban en un festival de cine como éste».

Las proyecciones se desarrollan en el Museo de Bellas Artes, a las 21.00, y comenzaron ayer con «Leda Vuela», una heterogénea unión de diez mujeres artistas, entre las que se encuentran Txaro Arrazola, Juncal Ballestín, Mabi Revuelta o Anabel Quiconces. El ciclo continuará hoy con «Burp 1 y 2», dos trabajos documentales rodados en Zuberoa y Bilbo, respectivamente, por el colectivo de artistas Mister Jok. Mezcla de audiovisual, moda callejera y dibujo, «Burp» intenta «localizar lo underground en el mundo rural», utilizando para ello claves televisivas y artísticas. «Son como eruptos sobre las ideas preestablecidas -explicó ayer Jokin Etcheverria, uno de los artistas integrantes de Mr. Jok-. Así, en Zuberoa aparecen unos tíos vestidos con las ropas tradicionales y dando un concierto de heavy-metal, o un pastor auténtico dando un concierto para sus ovejas. Son cinco retratos que no quieren ser experimentales, sino populares y divertidos, no están hechos para una élite intelectual o artística, sino para la gente normal».

Txuspo Poyo

Mañana, el ciclo pasa del Museo a Bilborock (21.30 h), ya que ofrece una concierto-proyección a cargo de Txuspo Poyo. El artista navarro presentará sus vídeos de animación en 3 D, «Delay glass» y «Ambientes hostiles», con el acompañamiento musical del artista y pianista canadiense residente en Berlín Gordon Monahan.

La última proyección tendrá lugar el sábado, de nuevo en el Bellas Artes. Se titula «Closing time» y se presenta como un «complicado» proyecto en el que han colaborado multitud de personas (músicos, filósofos, artistas, realizadores, etc) y que se ha desarrollado en Euskal Herria, Estado francés y Ecuador. Habla de la «complejidad de la producción contemporánea y de su posibilidad subjetiva» y del discurso «crítico y creativo» y de sus contradicciones, según explicó ayer Iñigo Cabo, el artista que ha llevado a cabo este trabajo.