La exposición ``La inquietud de las cosas'' abarca un período de diez años. Sin embargo, no es una retrospectiva, precisa José Ibarrola (Bilbo, 1955), ya que no analiza este tramo de su producción. Es más, opina que las antológicas son «para el final de la vida de un artista, cuando ya tienes poco que decir»; por eso considera «un disparate» que se repase la obra de autores que apenas sobrepasan la treintena.

Aunque se le relaciona con la pintura, nunca ha abandonado la escultura, disciplina que practica desde la década de los setenta. Ya entonces utilizaba «materiales que la resaca dejaba en la playa: maderas, cuerdas... objetos indefinidos pero hermosos».

Regreso a la niñez

La mar es uno de los motivos principales de esta exposición. «Yo me reivindico como un náufrago de estas playas de marea baja, ya que me crié entre Laida y Laga», apuntó ayer en la primera visita a la sala. «El mar es agobiante en su tamaño pero, a la vez, es muy acogedor. Este es un homenaje a ese tiempo perdido que es la niñez», explicó.

El barco de papel es otra de las referencias al pasado presente en varias de las piezas que se exhiben en el Aula de Cultura Bilbao Bizkaia Kutxa.

Aunque se define como «uno de los peores portadores del paraguas», lo cierto es que ha sabido sacarle partido para crear unas originales esculturas. «Estéticamente me gusta mucho -reconoce-. Tiene unas formas espléndidas y, olvidándome del objeto, lo he estrujado al máximo». Asegura que le interesa de forma especial «manipular conceptual y plásticamente los objetos de uso común».

Otro ejemplo lo constituyen las esculturas que tienen como base el libro. Hay un buen número de ellas en esta muestra.

Reflexión sobre el mundo

Individuos surgidos de su imaginación pueblan los lienzos, de gran formato, que ha colgado en las paredes de la galería. Pudiera parecer que se ha valido de modelos para retratarlos, sin embargo, no ha sido así. Todos ellos son personajes de ficción. Con ellos reflexiona sobre la sociedad actual, sobre la soledad, «sobre este mundo insolidario».

José Ibarrola asegura que no le interesa la denuncia a través de su obra sino sugerir ideas, retratar emociones. En total, son una treintena de pinturas y un número similar de esculturas, que pueden admirarse en este local hasta el 5 de enero.