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kosovo camina hacia su independencia

Serbia trata de sacar músculo tras el fracaso total de la ronda mediadora

Serbia utilizará «todas las medidas legales y diplomáticas» para tratar de anular la anunciada independencia de Kosovo. Fue su reacción tras la negativa de Kosovo a sus cantos de sirena autonomistas y después de que la Troika anunciara que da por terminadas las conversaciones cara a cara con las delegaciones serbia y kosovar. Es la hora de los posicionamientos claros por parte de los principales actores internacionales.

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GARA | BADEN

La delegación serbia en Baden (Austria) lanzó un mensaje amenazante contra Kosovo coincidiendo con el anuncio oficial, por parte de la Troika (EEUU, Rusia y UE) del fracaso de la última ronda mediadora en torno al futuro estatus del enclave.

«Nosotros anularemos todas las decisiones que conduzcan a Kosovo a la independencia», aseguró ayer el presidente de Serbia, Boris Tadic. «Utilizaremos todas las medidas legales y diplomáticas para anular semejante decisión», insistió, para matizar que Serbia «se abstendrá de toda violencia porque disponemos de un instrumento legal», en referencia a la resolución 1244 de la ONU.

Tadic, reputado hasta ahora como el líder pro-occidental serbio, insistió en que Belgrado sólo reconoce a día de hoy esta última resolución del Consejo de Seguridad, adoptada en 1999 en plena postguerra en los Balcanes y que reconoce, sobre el papel, la «integridad territorial de Serbia», incluyendo a Kosovo.

A su lado, el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, insistió en que «hace mucho tiempo que esta resolución no ha sido reemplazada por otra; por lo tanto, sigue siendo válida». Kostunica, que debe su supervivencia política a la alianza con la iglesia ortodoxa serbia y que no dudó, en su día, en fotografiarse con los paramilitares serbios en plena campaña de limpieza étnica contra la mayoría albanesa de Kosovo, reiteró que las negociaciones sobre Kosovo «comenzaron en el Consejo de Seguridad y deben, por tanto, ser trasladadas a este foro». Cuenta con el veto de Rusia en este club de potencias nucleares.

La delegación serbia entró al trapo minutos después de que el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu, anunciara el fracaso de la ronda mediadora por la imposibilidad de un acuerdo con Serbia. «La independencia ha sido para el pueblo de Kosovo la idea de principio y será el final de este proceso», reiteró Sejdiu.

El presidente, que ha liderado junto con el futuro primer ministro y ex dirigente guerrillero Hashim Thaci, la delegación kosovar en esta recta final de reuniones, prometió que Kosovo declarará la independencia «muy pronto», aunque reiteró su promesa de que no tomarán ninguna decisión sin el acuerdo de la llamada «comunidad internacional», en referencia expresa a EEUU y a la UE.

Sejdiu reinvidicó que «nuestro proyecto pasa por construir un Estado democrático respetando los valores europeos más elevados» y reiteró que en su seno «todos los ciudadanos serán iguales y se garantizará un respeto especial a las minorías», en referencia, aunque no exclusiva, a la población serbia.

El proyecto de independencia supervisada propuesto por la ONU -y vetado por Rusia- prevé un autogobierno para la minoría serbia en Kosovo que para sí quisiera la minoría albanesa que vive en la actual Serbia -en el fronterizo valle de Presevo-.

Autonomía a la española

Insistente, el presidente serbio denunció que la delegación kosovar rechazara la víspera su propuesta de «gran autonomía», inspirada en parte en los casos vasco y catalán. Una propuesta que en algunos casos iba más allá, al permitir a Kosovo tener equipos deportivos en torneos internacionales y garantizaba su presencia en foros internacionales como el FMI, además de permitirle seguir funcionando con su moneda, el euro -en Serbia rige, aún, el dinar-.

La delegación kosovar respondió recordando que esa propuesta no haría sino reactivar un conflicto hoy en sordina e insistió en negarse a seguir debatiendo sobre el estatus de Kosovo más allá del 10 de diciembre, cuando se cumple el plazo de tres meses marcado por la última mediación.

Así las cosas, la Troika dio ayer por terminada antes de tiempo su mediación. «No habrá más negociaciones cara a cara», aseguró el representante de la UE, Wolfgang Ischinger. En un intento de disimular su fracaso, el diplomático alemán destacó como logro que «ambas partes se han comprometido a excluir todo recurso a la fuerza en la búsqueda de una solución»-

La Troika viajará el 3 de diciembre por última vez a Pristina y a Belgrado para presentar a las dos partes el contenido del informe que deberá remitir el 10 de diciembre al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Está previsto que el selecto club ejecutivo de la ONU se reuna el 19 de diciembre para debatir la cuestión.

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La Troika confirmó que no habrá más negociaciones «cara a cara». Viajará el 3 de diciembre a Pristina y Kosovo y entregará su informe el día 10 para su debate en el Consejo de Seguridad, previsto en principio para el 19.

urgente, para EEUU

El mediador estadounidense en la Troika, Frank Wisner, instó a encontrar una rápida solución al futuro estatus de Kosovo y recordó que la situación actual es insostenible. «El estatus quo actual no puede durar», advirtió.

la «alarma» de Rusia

El jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, calificó la situación de «muy alarmante». «Rechazamos los cantos de sirena que insisten en que estamos ante una situación excepcional y de que la independencia sería inevitable».

Kostunica, a la ONU

El primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, asistirá personalmente a la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que debatirá la cuestión el 19 de diciembre. Kostunica espera seguir contando con el veto de Rusia en este selecto club nuclear.

Eslovenia apunta a que cada vez hay «menos voces disonantes» en la UE

El embajador esloveno ante la Unión Europea aseguró ayer que existe una creciente convergencia entre los países miembros sobre el futuro independiente de Kosovo. Igor Sencar hizo estas declaraciones cuando faltan dos semanas para la cumbre de la UE, en la que la más que probable proclamación de la independencia de Kosovo será un tema central.

«Se constata una creciente convergencia y cada vez se oyen menos voces disonantes» declaró el embajador del país que precisamente asumirá la Presidencia de turno de la Unión en enero. Sencar hizo estas declaraciones en el transcurso de la presentación de las prioridades de la Presidencia de la UE por esta antigua república yugoslava que fue la primera en lograr la independencia, prácticamente sin sangre además.

Preguntado sobre las declaraciones del ministro británico de Exteriores, Jim Murphi, quien aseguró que «más de 20 países de la UE estarían dispuestos a reconocer la independencia unilateral de Kosovo», Sencar fue más allá y mostró su esperanza en que los Veintisiete sean prácticamente unánimes en este punto. «Si esta proclamación tiene lugar, sin duda creará una realidad política completamente nueva y la actitud de algunos países podría cambiar», auguró.

El embajador esloveno renunció a especular prematuramente sobre el debate que tendrá lugar en la cumbre del 14 de diciembre sobre esta cuestión sensible, y frente a la cuál no faltan gobiernos que advierten de que podría servir perfectamente de ejemplo para las reivindicaciones de naciones sin Estado en el seno de la UE, como Euskal Herria, Catalunya, Corsica o Flandes.

Junto al Estado español -por razones obvias-, los países más renuentes a reconocer un Kosovo independiente son Rumanía, Eslovaquia (ambos eslavos), Grecia y Chipre (estos últimos comparten con Serbia la religión ortodoxa).

Sencar insistió, eso sí, en que de momento la UE «se alinea con los trabajos de la Troika», en la que junto a la Unión participan tanto EEUU como Rusia.

Precisamente, el mediador estadounidense en la Troika, Frank Wisner, recordó ayer tras el final de las conversaciones en Austria que hay que encontrar rápidamente una solución sobre el futuro estatus de Kosovo, porque la situación actual, insistió, «no puede durar».

La Administración Bush ha anunciado recientemente su intención de reconocer unilateralmente a un Kosovo independiente.

En las antípodas, Rusia insistió en rechazar con tozudez la idea de que la independencia de Kosovo es la única solución y calificó la situación como «muy alarmante».

«Sobre Kosovo, nosotros no podemos aceptar los cantos de sirena de que se trataría de una situación excepcional y de que la independencia sería inevitable», aseguró el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov. «Espero que muchos de los que han apoyado los llamamientos a la independencia rápida de Kosovo comiencen a comprender ahora las consecuencias que podría acarrear a la región». Moscú mantiene su amenaza de vetar toda resolución que reconozca el derecho de autodeterminación de la población kosovar. GARA

La KFOR, en alerta

La OTAN -17.000 soldados de KFOR-, estaría dispuesta a hacer frente a una eventual irrupción de violencia en caso de que Kosovo declare su independencia. Depende para ello de la ONU y de la autoridad que le confiere la resolución 1244.

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