El abandono por parte de Begoņa Errazti de la presidencia del partido abre las quinielas
La presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, ha confirmado públicamente que no se presentará a la renovación de ese cargo en el próximo congreso del partido. Errazti ha estado ocho años en el puesto, después de acceder al mismo con un resultado muy justo que, sin lugar a dudas, ha condicionado su margen de maniobra.
Es pronto para valorar la aportación de Errazti a la política vasca. De su mano, en momentos concretos EA ha demostrado que puede anteponer los intereses del país a los del propio partido (por ejemplo, dentro de la iniciativa del Acuerdo Democrático de Base). En otros casos, la impronta abertzale y progresista que Errazti ha querido imprimir a EA ha quedado diluida por la realidad interna de un partido donde conviven quienes defienden postulados socialdemócratas y abertzales con otras personas fuertemente conservadoras, muy vinculadas a los intereses derivados del entramado autonómico y con gran dependencia del PNV (como, por ejemplo, en pueblos concretos de Gipuzkoa). Dentro de esas diferentes sensibilidades, una vez descartada la candidatura de Errazti, queda por ver cuál de ellas prevalecerá.