GARA > Idatzia > Zinema

El seguimiento de la investigación del «asesinato» de Bush

«Muerte de un presidente»

Los efectos digitales permiten utilizar imágenes de archivo del presidente Bush junto a otras tomadas expresamente durante una de sus comparecencias públicas para realizar un simulacro de atentado mortal contra su persona. Aunque «Muerte de un presidente» es un «thriller» inglés de política-ficción, su distribución en los Estados Unidos ha encontrado serios obstáculos, contestados por el éxito internacional de la película en distintos festivales.

p060_f01_204x137.jpg

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

A pesar de los elogios cosechados por «Muerte de un presidente» en el Festival de Toronto, donde obtuvo el Premio de la Crítica Internacional, su posterior distribución en los Estados Unidos se ha visto seriamente dificultada, por no decir directamente vetada. Salvo en las ciudades de Nueva York y de Los Angeles, en el resto no ha llegado a las pantallas con normalidad. Sin embargo, no se trata sólo de política-ficción con un simple mensaje anti-Bush, en vista de que ha ganado también en un festival de cine de género como el de Manresa, dedicado al cine negro. Hay una intriga policial, la que sigue a la investigación del hipotético magnicidio. Pero por encima de todas las consideraciones se encuentra la de su concepción de falso documental, según una depurada técnica del simulacro visual en la que el realizador inglés Gabriel Range es un consumado experto. Range ya recibió el premio BAFTA del cine inglés al mejor director debutante por «The Day Britain Stopped», un trabajo visionario en el que especulaba con la posibilidad de un colapso en el transporte que paralizaba a toda Inglaterra. En la misma línea se sitúa su posterior «The man who broke Britain», donde es Londres, y más en concreto la City, la zona neurálgica que se ve afectada en su funcionamiento. Por lo tanto, faltan a la verdad quienes pretenden hacer ver que «Muerte de un presidente» es un producto oportunista surgido de la nada, cuando lo cierto es que su realizador viene trabajando en el tema de la anticipación social y política en su propio país. El apoyo de Tony Blair a la invasión de Irak es lo que fuerza el posicionamiento de sectores críticos ingleses, que nunca vieron con buenos ojos el pacto bélico con Bush. Range utiliza la película para denunciar esa implicación de su gobierno en la política exterior norteamericana, con las consecuencias que ha venido acarreando desde el 11-S a todos sus aliados.

La aventura de Gabriel Range no es nueva en el cine inglés, que tiene a Peter Watkins como pionero del cine anticipativo. «Juegos de guerra» planteaba hace más de cuarenta años la ilustración del peligro nuclear en pleno auge de la carrera armamentística. Su visión de un ataque con bombas atómicas sobre el sur de Inglaterra no gustó oficialmente, al punto de que la BBC se posicionó en contra. Esta vez no ha sido así, puesto que «Muerte de un presidente» ha contado con el respaldo de la cadena de televisión inglesa Channel Four desde el primer momento.

Pero siempre fue un proyecto arriesgado y hubo que tomar muchas precauciones de cara al rodaje, sobre todo en suelo norteamericano. A Range no le bastaba con las imágenes de archivo que tenía del presidente Bush para manipularlas digitalmente en la posproducción y obtener situaciones nuevas, así que tuvo que desplazarse con el equipo de filmación a Chicago a una de sus comparecencias públicas, sin revelar el verdadero propósito de esa grabación, además de presentar un título figurado para la película en preparación. Técnicamente la secuencia más conseguida es precisamente la del atentado mortal, cuyo impacto se basa en la realista escenificación del mandatario abatido por los disparos de un francotirador, obtenida a partir de imágenes del verdadero George W. Bush. Los hechos ocurren a la salida del hotel Sheraton de Chicago, durante la celebración de un encuentro presidencial con los empresarios locales.

Esto debería de haber ocurrido hace un mes y medio de este año, si bien la narración salta al 2008, que es cuando toma cuerpo la reconstrucción policial del caso. El FBI culpa a un ciudadano sirio que pasaba por allí, vinculándolo de inmediato con Al Qaeda. En la Casa Blanca es Dick Cheney el que ocupa el sillón vacante y quien decide, cómo no, que hay que invadir Siria. En otro tiempo semejante argumento hubiera pasado por disparatado, pero, desgraciadamente, en la actualidad no es más que una proyección a futuro de una realidad demasiado cercana, que no dista demasiado de la que a diario ofrecen los informativos.

Presidenteen inguruko filmak historian zehar

Ameriketako Estatu Batuetako presidenteak protagonista dituzten film ugari ekoitzi izan dira historian zehar. Horietako batzuk aipatzearren, ezin ahaztu 1991 urtean Oliver Stone zuzendariak egindako «JFK: Caso abierto» filma. Bertan, Kevin Costner izan zen protagonista nagusia eta John Fitzgerald Kennedy-ren erahilketaren inguruan sortutako zurrunbilo eta nahasketa azaltzen da.

Lau urte geroago Rob Reiner-ek «El presidente y Miss Wade» pelikula aurkeztu zuen. Kasu honetan Michael Douglas izan zen presidentearen papera antzeztu zuena. Aurrekoan ez bezala, lan honetan presidenteak Annette Bening-ekin (Miss Wade) maitasun istorioa eduki zuen.

Urteak aurrera egin ahala, 1997an Peter Segal-ek zuzendutako«Mis queridos compatriotas» filma aipa daiteke. Jack Lemmon eta James Garner-ek antzeztutako komedia honetan, Etxe Zurian hasitako iskanbila baten ondorioz, AEBetako lehendakari izandako hiruk ihes egin beharko dute.

Hala ere, mota honetako pelikulak ez dira soilik Ameriketako Estatu Batuetara mugatu, izan ere, erraz topa ditzakegu munduko beste herrialdeetako presidenteen inguruko filmak. Horietako bat Françoise Mitterrand Estatu frantseseko agintari ohiaren inguruko pelikula da, «Presidente Mitterrand». Bertan, Robert Guediguian-ek Mitteranden bizitzaren berrazterketa egiten du.

Fidel Castro ere Oliver Stoneren dokumentaleko protagonista da, «Looking for Fidel» izenekoan.

I. P.

Estreno

T.O.: «Death of a President».

Dirección: Gabriel Range.

Guión: G. Range y Simon Finch.

Intérpretes: Hend Ayoub, Brian Boland, Becky Ann Baker, Robert Mangiardi.

Música: Richard Harvey.

País: Inglaterra, 2006.

Duración: 90 minutos.

Género: Política-ficción.

DECLARACIONES

En palabras del director, Gabriel Range, «mi trabajo no es sensacionalista ni gratuito. He usado la lente del futuro para abrir el debate sobre adónde nos llevan las actuales políticas estadounidenses».

La manipulación de las imágenes de archivo

Hace veinticinco años que el cine empezó a manipular las imágenes de archivo dentro de una película de ficción, iniciativa que se debe principalmente al cineasta Carl Reiner en su comedia negra «Cliente muerto no paga». Aprovechó el fácil contraste que permite la fotografía en blanco y negro, simultaneando fotogramas de viejas películas del actor Humphrey Bogart con otros del humorista Steve Martin creados para la ocasión. La idea no pasó desapercibida para el director neoyorquino, Woody Allen, quien en su obra maestra «Zelig» se paseó por la historia del siglo XX retratándose junto a sus personajes más famosos, con el propósito de realizar una sátira sobre la tendencia camaleónica con la que cuentan algunos seres humanos.

Una década después era Robert Zemeckis, habitual en lo de mezclar imagen real y virtual, quien en la oscarizada «Forrest Gump» daba el paso definitivo incorporando el color a esta técnica de simulacro visual. Hoy en día es ya una práctica muy extendida, incluso en series televisivas de consumo interno como la conocida teleserie «Cuéntame». M. I.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo