¿Elegimos película o nos dejamos seducir por su trailer?
Aveces el interés por un determinado tema, actor o director nos lleva a escoger una película en la cartelera. En ocasiones acudimos a ver determinada cinta porque un amigo o la voz de nuestro crítico de confianza ha señalado tal largometraje como imprescindible. Y, alguna que otra vez, nos dejamos seducir por un trailer, que hemos visto en el cine o en la televisión y nos ha convencido. Y hasta aquí queríamos llegar, hasta el arte de crear trailers, cebos, para el cine. Un buen avance de lo que puede llegar a ser una película puede ser altamente motivador a la hora de determinar nuestra elección. Es más, un buen trailer puede llegar a incrementar las expectativas sobre una película y llegar a convencernos. De ahí que muchos profesionales del marketing los consideren como filmes en sí mismos, con sus propias reglas, que los convierten, en parte, en todo un género. Hace años tan sólo los veíamos en los cines, minutos antes de que comenzara la película, pero con el tiempo se extendieron a la televisión y hoy en día circulan por Internet, donde quizá atrapen a un mayor número de usuarios. No hay mas que acudir a «YouTube» para cerciorarse de que los trailers están ahí y que reciben multitud de visitas. De hecho, la semana pasada en el cine pasaron uno que me dejó atónita. Si lo que anunciaba el contenido del mismo se corresponde con la realidad de la película, no hay nada más que decir. Tal era mi aturdimiento que para cerciorarme de que no había tenido visiones acudí a «YouTube» para volverlo a ver. Y allí estaba, el trailer de «No digas nada». La trama de la cinta ganadora de algún premio en el festival de Málaga, no desmerece a la sucesión de imágenes que lo anuncian: «Tras asesinar al profesor del que estaba enamorada, Silvia le empieza a coger el gustillo a la cosa y hace lo propio con un vendedor de artículos nazis. Sus compañeros de clase, hartos de encubrirla, deciden que ellos también quieren quitarse de encima a los profesores y vecinos que les hacen la vida imposible. Así que se organizan en comités de asesinatos, enterramientos... Mientras, un incompetente policía tratará de resolver el caso de las misteriosas desapariciones». Lo mejor es cómo califican la película algunos internautas: «Violenta, negra, insólita y macarra». Ya. En una de las secuencias, uno de los adolescentes ante la puerta abierta de un capó que alberga un cadáver, dice lo siguiente: «Es la primera vez que veo un muerto, tío... ¡Mola!». Pues eso.
Iratxe FRESNEDA
Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual