GARA > Idatzia > Gutunak

Isidoro Galan Carretero Cartagena

En el cuarto aniversario de Fermin Elizetxe

¡Cuatro años ya que te arrancó la muerte de tu tierra, Euskal Herria, a la que diste tu vida de trabajador sanitario y de combatiente por la libertad y el socialismo!

La lucha libertaria, revolucionaria, es hermosa y dulce como la más sorprendente aventura humana. Y en esa aventura arriesgada perdiste la libertad y tu entorno familiar: Yugo, Asier, Luzia, Edorta, Maite... Asumiste la pérdida de los hijos -«porque no estoy con ellos cuando me necesitan», me decías-.

Fermin, seguí tu proceso paso a paso con ternura y desgarro. Sé que fuiste sincero para con la organización y que reconociste tu derrota personal. Las personas ganamos en humanidad cuando miramos nuestra propia vida de frente y somos honestos para con la realidad. Y tú actuaste así. Y, por desgracia, fueron pocos los que supieron acercarse a tu angustia y caminar contigo, precisamente cuando vivías tu derrota personal sin entregar ni un arma a los enemigos de Euskal Herria.

Yo aprendí de ti a querer a la gente, a tu gente, a mirar de frente a la vida y a luchar por la liberación socialista. Por eso buscaste trabajadoras euskaldunes para tu tienda, como un servicio a los euskaldunes de Alde Zaharra de Iruñea.

Te dolía tanto Euskal Herria, te aplastó tanto tu experiencia carcelaria que, al final, un cáncer -quizás fue la cárcel tu asesina- te arrancó de entre nosotros hace cuatro años.

Fermin, te echo de menos siempre, pero más cuando balbuceo el euskara, que tanto amabas, y paseo por tu Iruñea y me adentro en los bosques de tu tierra: ¡Ah, Urbasa y ese templo de piedra donde arrojamos tus cenizas al viento de Euskal Herria!

Zerua bezain maitagarria, itsasoa bezain zabala, lurra bezain emankorra, sua bezain beroa. Argia, askatasuna, hastapena.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo