Las cooperativas de patata de Araba califican de «escasa» la campaña y lo atribuyen a la climatología y al déficit de regadíos. Recuerdan que la siembra fue tardía por la elevada pluviometría, mientras que el calor necesario tampoco llegó en el verano. «Si las infraestructuras de regadío de Alava hubieran estado en marcha se hubiera mejorado de forma importante la producción y la calidad», mantienen. No obstante, destacan que la patata de siembra, especialmente la de la montaña, ha sido «excelente» y de «calidad».