La Yihad promete venganza tras la última matanza israelí, que incluyó a su jefe militar
Miles de palestinos clamaron venganza ayer en los funerales del jefe militar de la Yihad Islámica, Majed al-Harazine, muerto la víspera en uno de los ataques militares israelíes en los que fallecieron once combatientes de esta organización y dos milicianos de Hamas. La Yihad Islámica anunció una ola de atentados suicidas como respuesta. «La respuesta vendrá pronto y será como un terremoto», advirtieron sus seguidores.
GARA |
Las incursiones aéreas y terrestres del Ejército israelí en la Franja de Gaza y en Cisjordania se han cobrado la vida de trece combatientes palestinos, entre los que se encuentra el jefe militar de la Yihad Islámica, Majed al-Harazine, al que los sionistas consideraban responsable del lanzamiento de cohetes al-Qassam y morteros contra territorio israelí. Los bombardeos se dirigieron también contra una base policial de Hamas.
Los ataques en la Franja de Gaza comenzaron el lunes por la tarde, coincidiendo con la conferencia de donantes de París en la que Occidente se comprometió a inyectar 7.400 millones de dólares a las arcas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y no finalizaron hasta ayer por la mañana.
Los tres primeros ataques aéreos tuvieron como objetivo tres vehículos ocupados por milicianos de la Yihad Islámica, organización que ayer anunció una ola de atentados suicidas en respuesta a estas incursiones, atendiendo, así, el clamor de venganza realizado ayer por miles de palestinos en los funerales de las víctimas. «Aseguramos que el asesinato (de al-Harazine) va a desencadenar una ola de operaciones mártires», afirmó este movimiento islámista en un comunidado.
«La respuesta vendrá pronto y será como un terremoto», gritaron los seguidores de la Yihad en el funeral de al-Harazine, de 38 años de edad, mientras disparaban al aire con sus armas automáticas.
«La sangre de nuestros camaradas será el combustible para los cohetes que llevarán la muerte y la destrucción a los sionistas», afirmó un portavoz de la organización Abu Hamza a la agencia Associated Press, mientras que Abu Ahmed, un responsable del brazo armado de la Yihad, advirtió de que «se utilizarán todos los medios que consideremos convenientes para atacar al enemigo en Gaza, en Cisjordania y dentro de las fronteras de 1948 -lo que hoy día es el Estado sionista-».
En el mismo escenario pidieron, los palestinos congregados para despedir al jefe militar de la Yihad al presidente de la ANP, Mahmud Abbas, el fin de las negociaciones de paz con Israel, reanudadas oficialmente tras la cumbre de Annapolis del 27 de noviembre.
Majed al-Harazine murió el lunes por la noche al impactar un misil lanzado por un helicóptero israelí en el vehículo en el que viajaba. Junto a él falleció uno de sus lugartenientes. Fuentes palestinas señalaron que el comandante al-Harazine raramente viajaba en coche por miedo a un ataque israelí y durane nueve años estuvo incluido en la lista de los más buscados por el Estado sionista.
Otros ocho combatientes de la Yihad Islámica fallecieron en otras dos incursiones aéreas en el sur de la ciudad de Gaza y en las inmediaciones de la mezquita de Beit Lahya, en el norte de la Franja de Gaza.
El undécimo miliciano de esta organización, responsable local en Jenin, falleció ayer en una operación llevada a cabo por una unidad especial sionista.
Además, el Ejército israelí atacó una posición de la Policía de Hamas en el sur de la Franja y mató a dos agentes.
Mahmud Abbas condenó la muerte de al-Harazine, en cuanto que ciudadano palestino, pero también el lanzamiento de cohetes contra Israel, hechos que situó en el mismo nivel.
La Yihad mantenía en secreto la identidad de Majed al-Harazine, conocido como «Abou Mou'mine», incluso entre sus bases, para evitar atentados. La radio militar israelí apuntó a una posible infiltración del Shin Beth (servicio sionista de seguridad interior).
El viceministro israelí de Defensa, Matan Vilnaï, se congratuló por los «éxitos» de su Ejército y afirmó que no importa el número de combatientes muertos sino «su importancia en la jerarquía de la organización».
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, se alineó ayer con la propuesta realizada la víspera por el jefe del Estado francés, Nicolas Sarkozy, de desplegar una fuerza ocupante internacional con el objetivo de «ayudar a los servicios de seguridad a garantizar el respeto de la ley y el orden» en los territorios palestinos, «en el momento oportuno y cuando se den las condiciones». El movimiento islámico Hamas, primera fuerza electoral en los territorios ocupados, rechazó firmemente esta idea por considerala una «obvia injerencia».
«Damos la bienvenida a esta idea. Estamos trabajando en ello para llegar a tener una posición internacional en un futuro próximo», señaló Abbas durante una rueda de prensa en París.
Mahmud Abbas recordó que la ANP «ya la había aceptado en el pasado». Sin embargo, esta propuesta, lanzada en numerosas ocasiones en los últimos años, siempre ha sido rechazada por Hamas.
A juicio de Abbas, Nicolas Sarkozy «no oculta su apoyo a Israel, pero apoya también la causa palestina. Tiene una posición equilibrada y eso es precisamente lo que necesitamos». El presidente de la Autoridad Nacional Palestina manifestó que «gracias a esa posición equilibrada y razonable se puede hacer mucho».
Los israelíes se han mostrado fríos hasta el momento ante la idea del despliegue de una fuerza ocupante internacional, y no parece muy probable que el plan se lleve a cabo sin la aprobación del Gobierno de Tel Aviv.