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El monte Arafat se cubre de túnicas en la víspera de la fiesta del sacrificio

En el segundo día de peregrinaje a La Meca, miles de personas subieron al monte Arafat para rezar y pedir perdón. Con motivo de esta celebración, el líder supremo iraní llamó a los musulmanes a «estar vigilantes, despiertos y unidos contra los complots de los enemigos».

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Alrededor de dos millones de musulmanes subieron ayer al monte Arafat, también conocido como Jabal al-Rahma o el Monte de la Misericordia, en la celebración más importante de su peregrinación a La Meca.

Procedentes de Mina y de otros lugares cercanos a la ciudad santa, llegaron a Arafat a pie, en autobús o en camiones. Muchos de ellos pasaron la noche en las faldas del monte.

Como manda la tradición, los hombres iban vestidos con dos piezas de tela blanca sin costuras que dejan al descubierto las cabezas y las mujeres, enteramente tapadas a excepción de la cara y las manos

A lo largo de este día, que precede a la fiesta del sacrificio de hoy, rezaron y pidieron perdón por sus pecados, dirigiendo sus oraciones a la Kaaba, en La Meca. El momento más importante fue el sermón del mediodía en la mezquita de Namera, evocando el sermón que Mahoma ofreció desde la cima en el año de su muerte, en 632.

En árabe, este ritual recibe el nombre de wuqouf, cuyo significado es «el día de estar de pie», pues los fieles deben pararse de pie en el monte y el valle desde el amanecer hasta la puesta el sol. Hoy, los musulmanes en general y los peregrinos, en particular, degollarán millones de animales, desde corderos hasta vacas y camellos, dependiendo de la situación económica.

Las autoridades saudíes cifraron en 1,7 millones las personas, naturales de 181 países, que han viajado a Arabia Saudí para asistir a la peregrinación anual. Asimsimo, unos 200.000 saudíes y residentes extranjeros participan en esta cita sagrada.

La peregrinación de este año, además, se ha caracterizado por la presencia del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, invitado por la monarquía saudí para reforzar las relaciones entre ambos países, después de que en 1987, 402 peregrinos, entre ellos 275 iraníes, perdieran la vida en una manifestación contra Estados Unidos. En un mensaje dirigido a los gobiernos y pueblos musulmanes, el líder supremo iraní, el ayatolah Ali Jamenei, instó a los musulmanes chiíes y suníes a unirse para hacer frente a sus «enemigos».

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