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Se precisa continuidad frente al continuismo de Badiola

Joseba ITURRIA

A quince días para las elecciones se sigue a la espera de una candidatura capaz de aglutinar a todas las sensibilidades y que impida que el continuismo y la división que representa Iñaki Badiola cambien tanto cuando este club necesita continuidad en lo iniciado este verano y una unidad que no propicia el único candidato presentado. Porque Iñaki Badiola da la impresión de no querer unirse a la candidatura que se impulsa desde hace semanas y que se espera que salga a la luz cada día, pero que no termina de dar el paso que necesita este club para romper con el continuismo y la desunión, para empezar a construir el futuro desde la continuidad y la unidad. Aunque se le colocará la vitola de continuista si se decide a salir, realmente es Iñaki Badiola quien supone el continuismo con lo que ha hundido a la Real Sociedad. Como los Consejos presididos por Astiazaran y Fuentes, hace creer a los aficionados que va a ser capaz de generar mayores ingresos para tener a mejores jugadores y para que la Real luche por la zona media alta de Primera. El gran problema de este club es vivir por encima de sus posibilidades y generar unas expectativas que nadie puede cumplir, en lugar de seguir el único camino que ha dado buen resultado a la Real en lo deportivo y en lo económico. Ahora que lo recupera, el gran problema es que no se da continuidad a nada, con continuos cambios que suponen un gran coste económico, sobre todo en un mercado de invierno que ha arruinado a la Real, e impiden que se pueda consolidar un equipo. Y Badiola apuesta por eso, por el continuismo, pero además con unas expectativas más altas que nadie e imposibles de cumplir, lo que se volverá en su contra. Porque el proyecto económico expuesto en su presentación se basaba en ingresar 16,5 millones de euros anuales por la venta de camisetas en dos aeropuertos chinos y el deportivo en jugar con la cantera y tres o cuatro jugadores de primerísimo nivel. Y ya anuncia que quiere traer a cinco. Fran Mérida y, si se confirma, Marc Crosas son chavales que ni responden a lo prometido ni al fútbol de Segunda. Si la Real gana al Tenerife y se afianza en la zona alta, ¿se va a poner en peligro la continuidad de Coleman al frente del camino elegido y la cohesión que existe en el vestuario? ¿Se va a cambiar al entrenador tras nueve partidos invicto? Porque si es coherente no aceptará que se hagan cinco fichajes en contra de su voluntad y se le ningunee sin pedirle su opinión sobre ellos. El continuismo implica continuar con esta locura. No se puede hacer un nuevo equipo en enero con cinco fichajes y nuevo entrenador. Es más fácil subir sólo con los que están que con tanto cambio. Lo que necesita este club es consenso y buscar ese equilibrio con el fichaje de los dos jugadores que más satisfagan al que mejor conoce la plantilla.

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