Ofensiva contra la izquierda abertzale
Garzón ordena el arresto de la mahaikide Marije Fullaondo
Policías armados y con una orden del tribunal especial español detuvieron ayer en Gernika a otra ciudadana vasca. La acusación que pesa sobre Marije Fullaondo es la de ejercer públicamente la actividad política en Euskal Herria.
GARA | BILBO
Su nombre, como el de muchas otras ciudadanas y ciudadanos vascos que públicamente se identifican como representantes políticos de la izquierda abertzale, aparecía destacado repetidamente en el auto que el juez Baltasar Garzón dictó el pasado 7 de octubre, en el que, entre otras medidas, ordenó el encarcelamiento de 17 dirigentes de Batasuna. Desde entonces, Marije Fullaondo ha seguido desarrollando la actividad política. Como ejemplo de ello, ayer mismo fue entrevistada a primera hora de la mañana en Euskadi Irratia.
Horas después, hacia las cinco de la tarde, fue detenida por agentes armados de la Policía española mientras se dirigía desde Gernika a su domicilio en el cercano municipio de Errigoiti. Cuando su abogada se puso en comunicación con la Audiencia Nacional se le negó cualquier tipo de información, alegando que las diligencias se encontraban bajo secreto.
Según filtraron a varios medios de comunicación fuentes del tribunal especial español, la orden de Garzón está relacionada con la operación policial que este juez puso en marcha el 4 de octubre en Segura contra la Mesa Nacional de Batasuna. Lo que no trascendió fue por qué motivo ha decidido «activar» ahora esta detención.
Durante los últimos meses, Fullaondo, como el resto de portavoces de la izquierda abertzale, venía siendo objeto de una intensa vigilancia policial. Así, en otro de los autos de Garzón se recoge que fue una de las personas «interceptadas» en uno de los controles que se montaron en torno a Agurain el 14 de setiembre, según se desprende de ese documento, con el objetivo de proceder a identificar a los participantes en una supuesta reunión de la Mesa Nacional.
Según indicaron a GARA varios testigos, la operación de ayer incluyó el registro por parte de la Policía española del domicilio de Fullaondo. ETB señaló que los agentes estuvieron esperando durante unas horas la orden judicial que les facultara para entrar en la casa. Pasadas las 22.00, los policías abandonaron la vivienda y se llevaron incomunicada a Fullaondo. Fuentes judiciales indicaron que iba a ser trasladada a Madrid.
Algunas formaciones políticas -ANV, EA y Aralar- realizaron sus primeras valoraciones sobre este arresto a través de sendos comunicados. Por su parte, Askatasuna subrayó que «el Gobierno español mantiene abiertos todos los frentes represivos» con el objetivo de «aplastar la lucha por la independencia», y llamó a secundar las movilizaciones de denuncia.
«No pueden detener las ideas»
En el magazine matinal de Euskadi Irratia «Faktoria», Marije Fullaondo realizó sus últimas declaraciones a los medios antes de ser arrestada. Precisamente, al ser preguntada por la detención y encarcelamiento de los integrantes de la Mesa Nacional, comentó que «podrán detener a las personas, pero no pueden detener las ideas».
Insistió en esa línea al valorar la posible ilegalización de ANV, precisando que el debate no es si se ilegaliza o no a la formación ekintzale, sino «qué es lo que vamos a hacer ante esta situación de excepción». «Se ilegalizan partidos, agentes sociales y movimientos populares -enumeró-, y todos los ciudadanos que se alzan frente al Estado para luchar por sus derechos son criminalizados y están en camino de la ilegalización». «¿Tenemos que aceptar todo esto sin más? Además, lo hacen en nombre de un supuesto Estado de Derecho; será en nombre de la Ley, pero no en el nombre del Derecho, porque no hay Derecho que mantenga estas ilegalizaciones», agregó.
Se le preguntó también si había recibido alguna invitación para tomar parte en la ronda de contactos del PNV con otras formaciones políticas anunciada por el nuevo líder jeltzale, Iñigo Urkullu. Su respuesta fue: «Que yo sepa no hemos recibido ninguna invitación. Quizá hayan hablado con otra persona y, como ha sido cosa del fin de semana, no haya tenido oportunidad de enterarme. No dudamos de que la izquierda abertzale será invitada, porque es nuestro trabajo, el trabajo de todos los políticos, y si algunos no quieren ese camino será su decisión».
No obstante, aseguró que tanto el Estado español como el PNV han dejado claro que no tienen «ni voluntad ni intención de dar una salida política al conflicto político».
«En estos momentos -explicó-, el Gobierno del PSOE está centrado en no poner en peligro esa `sacrosanta unidad de España' y por eso no posibilita el derecho a decidir de Euskal Herria, porque puede suceder que la sociedad vasca elija la independencia, y quiere cerrar las puertas a esa opción. Otros, como el PNV o Nafarroa Bai, actúan como colaboradores, y lo hacen por intereses partidistas y para mantener sus cuotas de poder».
Otro de los temas que se abordaron fue el atentado contra el juzgado de Sestao, que enmarcó en el «enorme recrudecimiento del conflicto entre Euskal Herria y el Estado», al tiempo que comentó que la intención expresada por ETA en su último comunicado de actuar contra las fuerzas policiales españolas en cualquier lugar es «la respuesta a toda la represión llegada tras la ruptura del proceso».
La persistencia del Estado español en su estrategia represiva no es óbice para que la izquierda abertzale prosiga trabajando sobre las líneas de actuación que considera primordiales. Es el caso del ámbito internacional. El representante de la izquierda independentista Gorka Elejabarrieta participó el pasado día 12 en una conferencia organizada en el Parlamento de Westminster (Londres) por el intergrupo Conflict Issues.
El tema de la charla era «Hablando con el enemigo, avanzar estrategias políticas para afrontar conflictos violentos», y en la misma intervinieron, además de Elejabarrieta, el sudafricano Roelf Meyer, miembro de la Iniciativa Para la Paz y el Diálogo en Euskal Herria promovida por la Red de Fundaciones Europeas, y Catherine Barnes, asesora política y autora de «Briding the gap: improving UK support for peace processes». En la conferencia, según explicó ayer la izquierda abertzale en un comunicado, se subrayó que «hablar con el enemigo» puede ser «el primer gran paso» para resolver cualquier contencioso con expresiones violentas
Tras el acto, Elejabarrieta tuvo la oportunidad de reunirse con diversos diputados para explicar su visión acerca de la situación actual en Euskal Herria. Para la izquierda abertzale, esta invitación supone «un paso más para el reconocimiento de Euskal Herria y para mostrar que es necesario asentar bases democráticas para resolver el conflicto» de este país. En esa línea, reiteró su compromiso de «seguir trabajando a nivel internacional abriendo puertas y difundiendo la Propuesta para un Marco Democrático».
«Nos han golpeado, con dureza. Nos han hecho daño. Han encarcelado a 17 compañeros como consecuencia de la operación policial ordenada por el Gobierno español contra la Mesa Nacional, pero que no piense el Gobierno del PSOE que nos amedrentará. Tenemos todo un pueblo con nosotros, y el compromiso para con este pueblo nos permitirá avanzar».
Se trata del primer párrafo de la declaración hecha pública por la Mesa Nacional de Batasuna -publicada por GARA en su edición del 14 de octubre- tras la redada llevada a cabo diez días antes en Segura, que se saldó con el arresto de un total de 23 dirigentes y militantes de la izquierda abertzale. El escrito hacía hincapié en que los estados español y francés «no tienen un problema con la izquierda abertzale; pueden golpearla y agredir, encarcelar e ilegalizar sus estructuras, pero el problema de fondo lo tienen con este pueblo [...] Zapatero es consciente de que aquí tiene un pueblo que no podrá destruir y que, como sus antecesores, errará si persiste en ello. Porque Euskal Herria decidirá sobre su futuro y entrará en la lista de los pueblos libres de Europa».
La dirección de la formación independentista censuró el hecho de que tanto el PSOE como el PNV hayan dado su negativa a la Propuesta para un Marco Democrático, «que abre las puertas a todos los proyectos políticos», y por contra el Ejecutivo español haya optado por «una estrategia de guerra con el objetivo de cerrar las puertas a la independencia». Una apuesta que, a su juicio, cuenta con el respaldo de un PNV que «oferta al Estado un pacto que no varía la actual situación» para así «mantener el poder y el negocio».
La declaración, que defendía que el trabajo y la lucha de la izquierda abertzale han posibilitado «poner a este pueblo a las puertas del cambio político», concluía con un mensaje para los abertzales y progresistas -«responderemos, y lo haremos con más iniciativa política»- y un emplazamiento: «Es el momento de implicarse en la lucha en el camino de la independencia».
La Mesa Nacional respondió así al operativo ordenado por el juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón en el marco del sumario 35/02. En la redada de Segura, llevada a cabo en la noche del 4 de octubre, fueron detenidos Joseba Permach, Joana Regeiro, Rufi Etxeberria, Juan Joxe Petrikorena, Juan Kruz Aldasoro, Imanol Iparragirre, Ana Lizarralde, Hasier Arraiz, Aner Petralanda, Maite Díaz de Heredia, Mikel Zubimendi, Anjel Mari Elkano, Jon Garai, Haizpea Abrisketa, Jean-Claude Agerre, Patxi Urrutia, Arantza Santesteban, Ibon Arbulu, Maite Fernández de Labastida y Marisa Alejandro, así como tres vecinos de la localidad guipuzcoana -Xabier Albisu, Ibon Berasategi y Egoitz Apaolaza-. Todos, salvo los segurarras, Urrutia, Abrisketa y Agerre, fueron enviados a prisión tres días después por Garzón bajo la acusación de que podrían ser autores de un delito de «integración en organización terrorista». De los seis que quedaron en libertad, los dos primeros lo hicieron sin cargos, y Apaolaza y los tres mahaikides tras abonar sendas fianzas.
En el auto de prisión, el magistrado del tribunal especial dictaba órdenes de detención para otros nueve dirigentes abertzales sobre los que afirmaba que asistieron a la reunión de Segura. Dos de ellos eran Asier Imaz -arrestado el 15 de octubre cuando salía de su domicilio- y Gorka Díaz, apresado tres días después. Tras comparecer ante Garzón, ambos acabaron en la cárcel.
Con anterioridad a esta redada, ya se encontraban presos otros dos mahaikides: Arnaldo Otegi y Joseba Álvarez.