En mayo, la llamada Comisión Independiente para Quejas sobre la Policía (IPCC), encargada de investigar la actuación de los agentes, anunció ya su posición contraria a la adopción de medidas disciplinarias contra los once agentes restantes implicados en la muerte de Jean Charles de Menezes. Este electricista de 27 años fue acribillado a tiros por agentes de la brigada «antiterrorista» de Scotland Yard el 22 de julio del 2005 en la estación de metro de Stockwell, quienes lo confundieron con una de las personas que habían intentado atentar la víspera en la capital británica.

Un tribunal declaró culpable en noviembre a Scotland Yard en su conjunto de incumplir la legislación británica de prevención de riesgos laborales en relación con esta muerte, pero la Fiscalía ha sido contraria a procesar a ningún agente de forma individual por el trágico suceso.

Entre los agentes exonerados ayer destaca Cressida Dick, que supervisó la operación policial y quien, pese a su grave equivocación, ha sido ascendida de comandante a subcomisaria.

En su fallo, la IPCC recordó ayer que en la sentencia de noviembre el jurado, tras analizar las pruebas, decidió no atribuir «ninguna culpabilidad personal» a Dick.

La comisión aseguró que no podía prever «ninguna circunstancia en la que pudiesen emerger nuevas pruebas». En relación con los otros tres agentes, consideró que sus responsabilidades estaban «entrelazadas» con las de Dick, por lo que si no se podían atribuir de forma personal culpabilidades a esta última, tampoco achacar a ellos.

Vivian Figuierdo, prima de Menezes, consideró que la decisión era «totalmente prematura», al haberse adoptado antes de que se abra una investigación judicial, prevista para 2008.