CHAPÍN Empate en Xerez
El Eibar tropieza en la misma piedra por triplicado
El Xerez remontó un 0-3 cuando parecía hundido y jugando en inferioridad casi toda la segunda parte
Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR
Qué punto más amargo se trae el Eibar de Xerez. Parece mentira hablar de amarguras, teniendo en cuenta lo que supone llegar con 25 al parón navideño, pero es lo mínimo que se puede decir viendo cómo redondearon ayer esa cifra los armeros.
Una vez más, el equipo vio cómo se le escapaban puntos que eran suyos. Tropezó en la misma piedra y lo hizo por triplicado, porque el Eibar ganaba 0-3 en el minuto 54 y acabó empatando, y pidiendo la hora, ante un rival que, para más inri, jugó la última media hora en inferioridad. El árbitro, y esa es una piedra en la que también han tropezado los guipuzcoanos en más de una ocasión, tuvo algo que decir en la voltereta, pero el principal responsable fue el Eibar, que permitió revivir a un rival hundido.
Una auténtica pena porque los árboles hacen difícil ver el bosque, esos 25 puntos, la mitad de los que necesita para asegurar la permanencia, que ha conseguido ya el equipo cuando todavía restan tres jornadas para que concluya la primera vuelta. Pero es que no es sencillo verlo con el recuerdo de lo sucedido en Chapín tan reciente.
Una pena también que las vacaciones navideñas no se adelantasen treinta minutos. Qué sabor de boca tan diferente tendría ahora la familia azulgrana si el encuentro de ayer hubiese durado sólo una hora, en la que el Eibar ofreció su mejor versión. Ambicioso, rápido, jugón, acertado... Todo lo le salió bien a la escuadra armera hasta entrada la segunda parte, cuando Goiria parecía matar definitivamente el choque al anotar el tercero para los suyos.
Antes habían llegado el golazo de Dani Martino, colando una falta directa por la escuadra para celebrar su entrada en el once, y el tanto de Natxo Insa, con un envío desde casi la mitad del campo que acabó en las redes después de que ni Del Olmo ni Porató lograran tocarlo.
De por medio un gol anulado a Yagüe por fuera de juego, un mano a mano de Goiria, un buen cabezazo de Martino... En definitiva, un festival azulgrana frente a un rival que llegaba al minuto 58 hundido moral y clasificatoriamente y con su público en contra.
Amoedo Chas le practicó entonces el boca a boca. Se inventó primero un penalti sobre Yordi -que lo hizo todo en el cuarto de hora que estuvo sobre el campo: ocasión, penalti y expulsión-. que anotaba Michel. Y veinte minutos más tarde, cuando el Eibar también ponía ya de su parte con el habitual pasito atrás, permitió que subiese al marcador un gol de Antoñito en más que probable fuera de juego. A partir de ahí, con el Eibar descompuesto y el Xerez lanzado, ya no quedaba sino esperar lo peor. Acabó llegando -o no, porque diez minutos más y los armeros incluso vuelven sin puntos- a siete del final, con el empate a cargo de Adrián.
Y a casa «con cara de gilipollas», como admitía Javier Mandiola, después de «meter tres goles fuera de casa, hacer una gran primera hora y acabar pidiendo la hora».