El movimiento popular contra el TAV sigue llevando a cabo iniciativas de muy diversa índole. La última campaña de desobediencia civil consiste en no abonar el importe del billete de Renfe y EuskoTren, con la intención de denunciar de ese modo la «colaboración» de ambas compañías con el proyecto del TAV. Tras una primera aparición en Bilbo, ayer impulsores de la campaña AHT Ez Ordaindu! instaron a los viajeros de EuskoTren de la Plaza Easo de Donostia a no pagar el billete, y repar- tieron información acerca de esta iniciativa popular.

Los participantes recordaron que «el Tren de Alta Velocidad es una infraestructura destructiva, antisocial, antiecológica y derrochadora de recursos que se pretende llevar a cabo desoyendo todas las voces en su contra». Los miembros de la iniciativa popular, que se definieron antes que nada «como personas que usamos habitualmente EuskoTren y Renfe y que preferimos viajar en transporte colectivo en lugar de utilizar el coche», denunciaron que «ambas empresas impulsan el indeseable proyecto del TAV».

En concreto, criticaron que «EuskoTren pretende ser la empresa operadora del Tren de Alta Velocidad», así como que «Euskal Trenbide Sarea, encargada de las infraestructuras de EuskoTren, está gestionando la construcción del ramal de Gipuzkoa de la `Y vasca'». Además, aseguraron que el Gobierno de Lakua «utiliza a EuskoTren para disimular el dineral que se derrocha con el TAV, mezclando el presupuesto y haciendo creer que se dedicarán 161.860 millones de pesetas al tren, cuando en realidad 25.000 de ellos se destinan a financiar este proyecto».

En cuanto a Renfe, denunciaron que «es la operadora principal del TAV» y que «destina miles de millones al AVE».

Objeción de conciencia

Frente a ello, aseguraron que a través de esta campaña de desobediencia lo que se quiere conseguir es que los ciudadanos «sigan viajando en EuskoTren y Renfe, pero solicitando que se les considere personas objetoras de conciencia y negándose a pagar el billete», para evitar de ese modo que «nuestro dinero ayude a financiar el Tren de Alta Velocidad».

Asimismo, afirmaron que mediante esta campaña «se pretende desobedecer abiertamente, entregando ante los interventores del tren una declaración de objeción de conciencia al TAV». En ese sentido, denunciaron «las trabas impuestas por los responsables de la estación de la Plaza Easo al ejercicio de la objeción de conciencia».