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La situación medioambiental de la CAV recibe un «seis» de nota

No es una foto fija, sino en evolución. Lo decía ayer la consejera de Medio Ambiente de Lakua, Esther Larrañaga, al referirse al avance del nuevo Informe sobre Indicadores Ambientales 2007. El aprobado que ella misma otorga a esta situación medioambiental viene lastrado no sólo por las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero, sino por el incesante uso del vehículo privado.

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Joseba VIVANCO |

En 2002, el por entonces consejero de Medio Ambiente de Lakua, Sabin Intxaurraga, daba a conocer la autoevaluación realizada por su propio departamento para conocer el estado medioambiental de la CAV. ¿El resultado? Suspenso. Como si de una señalización semafórica se tratara, de los 31 indicadores ambientales, 11 estaban en rojo, es decir, las cosas no iban bien; 9 en verde, las cosas iban bien; y el resto, en amarillo, las cosas no iban lo bien que debieran. Cinco años después, su sucesora en el cargo, Esther Larrañaga, se atreve a autocalificar la actual situación medioambiental. ¿Su nota? «Entre un seis y un seis y medio». Es decir, aprobado.

Así respondió, ayer, en la presentación del avance de lo que es el informe sobre Indicadores Ambientales de la CAV 2007, a la pregunta de qué nota pondría ella al estado actual de nuestras emisiones contaminantes, calidad del aire o agua, artificialización del suelo o mantenimiento de la diversidad biológica, entre otras variables analizadas. Una visión general de sólo once de esos indicadores revela que las cosas van mejorando, pero que sigue habiendo un verdadero talón de aquiles: el modelo de gestión de la movilidad.

Lejos de frenarse, el uso del automóvil privado sigue al alza. El semáforo amarillo del anterior informe se ha tornado rojo en este último. Hasta cuatro puntos ha aumentado la utilización del coche en los últimos cuatro años, lo que hace que el «pequeño» incremento en la opción del transporte público «quede lastrada». Otro tanto sucede con al traslado de mercancías: por carretera circula el 87%; por ferrocarril, el resto.

Sobre la mesa de la consejera está la futura Ley de Movilidad Sostenible u otras medidas como los programas de movilidad que deberán aprobar los municipios de más de 10.000 habitantes, el próximo Plan de vías ciclistas o la potenciación de los vehículos ecológicos. Y en la recámara, el globo sonda lanzado sobre el cobro de un peaje de acceso a las capitales.

Cuando el departamento de Larrañaga presente la globalidad de su informe 2007 es posible que aparezcan más suspensos -seguramente en materia de ruido o en la generación de residuos peligrosos- pero, de momento, este avance evidencia que algunos indicadores relevantes han flojeado. Por ejemplo, los de la calidad del aire y el agua, que en el informe anterior venían marcados con color verde y en éste ha tornado a amarillo, es decir, que en algunos parámetros se ha empeorado.

En el caso de la calidad del agua, ha habido un «ligero estancamiento» en cuanto a los ríos; en la aguas costeras la tendencia es buena, pero en los estuarios es negativa, debido en este último caso a la «presión industrial, urbanística y portuaria», según Larrañaga.

Menos hectáreas ocupadas

En lo que se refiere al consumo responsable de los recursos naturales de los que disponemos, la buena noticia es que el gasto de agua sigue una tendencia a la baja. Lo malo es que se sigue consumiendo más energía (+15%), suelo (+12%) y materiales (+9%). En el lado positivo está que parecen empezar a calar las medidas de ahorro energético.

En cuanto a la generación de residuos, cada ciudadano de la CAV produce unos 545 kilos anuales de media, frente a los 560 del año 2005. También es positiva la tendencia en lo que a reciclaje se refiere (siete puntos más que en 2000) y lo que va a parar a los vertederos.

Pero si un parámetro sorprende en este nuevo informe es el giro de 180º que ha dado la evolución en la denominada artificialización del suelo. Entre los años 1994 y 2004, la superficie artificializada en la CAV había aumentado un 20% o lo que es lo mismo, un tamaño superior a los municipios de Bilbo y Errenteria juntos. Hasta ahora, este indicador siempre había venido marcado en rojo, pero esta vez su verde llama la atención.

Durante el último periodo analizado, las hectáreas que han sucumbido a la acción urbanística, sea residencial, de equipamientos o de infraestructuras, fueron 273, lejos de las 1.635 de dos años antes o las 401 del anterior. ¿Una tendencia a la baja? Los responsables de Medio Ambiente creen que las medidas que se empezaron a adoptar hace tres o cuatro años están empezando a dar sus frutos, aunque «los resultados son lentos, porque los propios planes urbanísticos municipales lo son».

biodiversidad

Medio Ambiente elabora su Estrategia de Biodiversidad 2008-2015, fijada por la consejera como una de las principales prioridades a corto plazo junto al Plan de lucha contra el calentamiento global.

especies en riesgo

En la CAV hay catalogadas 42 especies animales y 44 vegetales en peligro de extinción, además de 34 especies más de vertebrados en riesgo de desaparición. La tendencia en la protección de las mismas es desigual.

Las emisiones contaminantes se estabilizan, defiende Larrañaga

«Las emisiones de gases de efecto invernadero se han estabilizado en los últimos años», defendió la consejera de Medio Ambiente. Eso le ha valido a este parámetro un semáforo en ámbar, es decir, el avance es insuficiente, pero siempre mejor que la cara roja de suspenso que le acompañaba cada informe anual anterior. La realidad es que esas emisiones contaminantes han aumentado un 22% entre 1990 -año de referencia tomado en el Protocolo de Kioto- y 2006. Para 2010, la CAV debería emitir un 14% más que lo que lo hacía en 1990, así que Lakua tiene por delante tres años para rebajar en ocho puntos porcentuales esas cifras. Porque si el Estado español en general lo está haciendo mal, los propios datos de Lakua revelaban que en 2005, cada vizcaino, alavés y guipuzcoano generaba CO2 por encima de la media no ya del ciudadano de la UE sino del propio Estado español. El principal causante de que estas emisiones en la CAV se hayan disparado al alza en estos años la tiene el sector energético; los gases emitidos por el transporte también siguen creciendo, si bien la industria mantiene su estabilidad. La consejera insistió ayer en la lucha contra el calentamiento global en la que se ha embarcado no sólo su departamento sino el propio Ejecutivo. Prueba de ello son las recientes 119 medidas anunciadas por el lehendakari. Entre ellas, las que tiene que ver con la adaptación a los potenciales efectos negativos del cambio climático, y que, por ejemplo, se concretan en estudios sobre posibles inundaciones de zonas sensibles como ya se hizo de la ría de Bilbo. Los próximos informes serán sobre la ría del Urumea y sobre las infraestructuras portuarias. J.V.

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