Torrens (PSN) no descarta en Iruñerria la biometanización ni la incineración
El presidente de la Mancomunidad de Iruñerria, Javier Torrens (PSN), no descarta la biometanización ni la incineración para el tratamiento de las basuras, sin especificar la ubicación, después de la sentencia judicial que declaró inviable la planta de biometanización de Arazuri.
Iñaki VIGOR |
«La biometanización no está descartada. El problema no es el sistema, sino la ubicación. En Arazuri no va a haber biometanización y en Gongora tampoco, pero puede que esté en otro sitio». Así lo declaró ayer el presidente de la Mancomunidad de Iruñerria, Javier Torrens (PSN), tras constituir la comisión mixta Gobierno-Mancomunidad que estudiará las soluciones al tratamiento de residuos urbanos de la Comarca de Iruñea.
Preguntado sobre la posible construcción de una planta de compostaje, Torrens respondió que «puede que haya», y añadió: «Lo lógico es que sean sistemas integrados. La parte que se pueda tratar de la materia orgánica será compostaje, pero otra parte tendrá que ser tratada de otra manera, e incluso la incineración igual es posible o deseable para cierta fracción de los residuos. No lo sabemos. Por eso, la comisión técnica que empieza a trabajar a partir de ahora es muy importante para plantear desde cero las necesidades del tratamiento».
Esta comisión técnica se puso en marcha ayer, en el transcurso de una reunión mantenida por el propio Torrens con la consejera de Administración Local, Amelia Salanueva, a la que también asistió el director general de Administración Local, Pedro Pegenaute.
La comisión técnica estará integrada por seis miembros, tres por parte del Departamento y otros tres por parte de la Mancomunidad, y se encargará de estudiar las diversas alternativas al tratamiento de los residuos orgánicos urbanos generados en Iruñerria.
«Sin politizaciones»
En la rueda de prensa conjunta que ofrecieron tras la constitución de esta comisión mixta, Amelia Salanueva y Javier Torrens coincidieron en que «hay que partir de cero» en la búsqueda de soluciones al problema de los residuos orgánicos urbanos y que hay que hacerlo «sin politizaciones».
La consejera de Administración Local afirmó que intentarán cumplir con las directivas europeas que fijan el año 2009 como fecha para reducir a la mitad la cantidad de basuras que se podrán destinar a vertedero.
A la pregunta de cuáles serían las consecuencias en el supuesto de que Nafarroa no cumpliese con esas directivas europeas, Salanueva respondió: «Ya veremos. Esperemos que sean las mínimas».
Javier Torrens intentó sacarle del atolladero añadiendo que los objetivos marcados por la UE para reducir los vertidos de basuras son «difíciles de cumplir», y añadió que el vertedero de Gongora no será clausurado hasta el año 2022.
El actual presidente de la Mancomunidad -que fue elegido para el cargo con los votos de UPN- reconoció que «se ha perdido tiempo» en buscar soluciones para los residuos orgánicos y agregó que resulta «urgente» encontrar esas soluciones, pero admitió que «no es sencillo».
Entre otras cosas más, la consejera recordó que recientemente el Gobierno y diversas mancomunidades han constituido el Consorcio de Residuos Urbanos de Navarra para gestionar de manera unitaria los residuos urbanos. De momento, se han adherido las comarcas de Zangoza, Tafalla y Baztan.
El presidente de la Mancomunidad de Iruñerria no descarta ni la biometanización ni la incineración de basuras, y afirma que el problema no es el sistema de tratamiento, sino la ubicación de las instalaciones.
Las directivas europeas establecen que para el año 2009 hay que reducir a la mitad la cantidad de basuras que se podrán destinar a vertedero. Javier Torrens ya advierte de que «serán difíciles de cumplir».
Ni la consejera de Administración Local (UPN) ni el presidente de la Mancomunidad (PSN) quieren ahondar en la sentencia judicial de junio de este año que paralizó la planta de biometanización de Arazuri.
Al término de la reunión de ayer con la consejera de Administración Local, Javier Torrens declaró a este periódico que la sentencia judicial por la que se paralizó la planta de biometanización construida en Arazuri, por no respetar la distancia de 2.000 metros a los núcleos urbanos más cercanos, «nos supuso a la Mancomunidad y al Gobierno de Navarra una cantidad importante de dinero, unos cinco millones de euros o algo así». Preguntado sobre si veía responsabilidades políticas en la actuación que causó esta importante pérdida de dinero público, Torrens contestó que «es una etapa pasada y ya no tiene sentido darle más vueltas».
«Yo creo que se ha hecho todo con la mejor buena voluntad, pero quizás sin calcular el riesgo de la aplicación del reglamento que estaba entonces en vigor», agregó el presidente de la Mancomunidad.
Amelia Salanueva tampoco quiso entrar en este asunto. «No ahondaré en la sentencia sobre Arazuri», afirmó nada más comenzar la rueda de prensa que ofreció de forma conjunta con Javier Torrens.