Fabien ZAMORA | Periodista (AFP)

Los más alarmistas hablan de crisis; otros se muestran más calmados; pero todos coinciden al valorar que la situación se ha degradado durante el año que está a punto de finalizar. La cuestión es tanto más preocupante en cuanto que el sector de la vivienda en el Estado español contribuye al PIB con un 7,5% (según datos del BBVA) y que la construcción en su conjunto emplea a cerca de un 13% de los trabajadores (según el Ministerio de Industria español). Esta es la situación a tres meses de las elecciones legislativas en las que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, espera obtener un segundo mandato.

«Hay una crisis en el sector del mercado de la vivienda español», constató recientemente Jesús García de Ponga, director general de Metrovacesa, uno de los primeros grupos inmobiliarios españoles, que en este año ha firmado un 45% menos que en 2006 por ventas sobre catálogo. Además, algunos promotores alertan de que se están viendo afectados por falta de liquidez debido a la crisis de las hipotecas subprime [préstamos de alto riesgo basados en la hipótesis de que los precios de la vivienda seguirían aumentando].

Por su parte, el G14, el principal lobby inmobiliario en el Estado español, afirma que 400.000 empleos desaparecerán de aquí a dos años debido a la desaceleración de la construcción. En cambio, la opinión del Servicio de Estudios del BBVA es más tranquilizadora: «Hay demasiado catastrofismo al abordar estos temas», comenta su responsable, José Luis Escrivá. El BBVA sigue hablando de un «aterrizaje con suavidad» pero, aun así, prevé 250.000 empleos menos de aquí al año 2009.

Las ventas hablan con claridad

Pero una cosa es segura: las ventas son cada vez más escasas. La Cámara de Registro de las transacciones inmobiliarias publicó a principios de diciembre la cifra de las transacciones hasta de finales octubre, con una bajada del 12%; y a lo largo del año la diferencia ha ido aumentando: un -8,9% en el primer trimestre, un -11,5% en el segundo, y un -16% en el tercero.

Asimismo, un reciente estudio del Deutsche Bank prevé que 2007 se cierre con una subida media de los precios idéntica a la de la inflación (de cerca de un 4% sobre doce meses a finales de noviembre). Esta cifra es bien inferior a las alzas de estos últimos años: un 9,1% en 2006, un 12,6% en 2005. Y para 2008, esta entidad prevé una reducción de los precios de entre el 2% y el 8%.

El Banco Central Europeo y su política de estrechamiento monetario estrangulará a fuego lento a los hogares del Estado español, donde casi todos los préstamos hipotecarios son a tipo variable. «La intensificación del proceso (de subida de los tipos) debilitó progresivamente la solicitud de vivienda y, como siempre, el sector respondió tarde», sostiene el BBVA.

De golpe, las existencias de pisos vacíos se inflaron y las agencias inmobiliarias deben redoblar sus esfuerzos para firmar una venta. «La situación es terrible» para el sector, comentó Javier Sierra, director de la red de franquicias Re/Max, que había ilustrado a principios de 2007 alojamientos de saldo. «Las agencias más pequeñas sufren», y «se dedican prácticamente el mercado de la residencia secundaria», apunta. Sierra también se pregunta sobre el futuro y asegura que «hay dos criterios que son tradicionalmente malos para los bienes inmuebles: los tipos de interés y el desempleo».

Los primeros ya subieron claramente. Pero la reanudación de la inflación en la zona euro podría hacer dudar al Banco Central Europeo (BEC) en invertir la tendencia y continuar la escalada de tipos.

En cuanto al desempleo, está ligeramente volviendo a aumentar tras superar la barra del 8% en el tercer trimestre.