El pasado mes de abril nos llegaba la noticia del fallecimiento del realizador Bob Clark en un accidente de carretera, por culpa de un conductor borracho. Un modo de recordarle puede ser este remake de su película de 1974 «Black Christmas», con la cual se adelantó a la moda de los pyscho-killers, al introducir la figura de un maníaco asesino que sembraba el pánico entre las internas de una residencia femenina. La nueva versión se aprovecha de que el original llegó demasiado pronto, convirtiéndose en un film maldito tardíamente redescubierto por los aficionados al terror. La productora Dimension Films, responsable de sagas juveniles como «Scream», no ha hecho otra cosa que servirla al gusto del público de hoy en día. En consecuencia, las hipotéticas víctimas son pijísimas, unas barbies de carne y hueso, cuyas muertes exaltarán a la joven audiencia masculina. Respecto al asesino, no hay un suspense que lo enmascare debidamente, ya que a las primeras de cambio es revelado su trauma infantil relacionado con el pasado de ese lugar, al que regresa como un fantasma navideño de pesadilla.