La comedia norteamericana, también la juvenil, sigue revisando los clásicos ingleses de la época dorada de los estudios Ealing. Y ha ido a fijarse en una película casi olvidada del malogrado Robert Hamer, cuya carrera se acortó por culpa de su adicción a la bebida. Se trata de «School for scoundrels», realizada en el año 1960, y que es mucho menos conocida que su genuina muestra de humor negro «Ocho sentencias de muerte». En la nueva versión se aplica el argumento a los métodos de autoayuda, puestos en práctica en una clase experimental para alumnos con falta de voluntad y de confianza en sí mismos. Billy Bob Thornton se encarga de la caricatura del profesor que imparte el curso especializado en cuestión, frente al estudiante más aventajado, papel que recae en el prometedor John Heder, descubierto en «Napoleon Dynamite». De la rivalidad entre ambos surge la comicidad de la película, ya que el muchacho no tardará en recuperar la autoestima, hasta ser capaz de intimar con ese tipo de chica a la que nunca se hubiera atrevido a acercarse. Una vertiginosa ascensión que no agrada a su tutor, incapaz de soportar que nadie le haga sombra en su propio terreno del control mental de la situación.