El Parlamento navarro rechazó ayer las dos enmiendas a la totalidad, presentadas por NaBai e IUN, contra el proyecto de presupuestos del Gobierno de UPN-CDN. El pleno en sí resultaba extemporáneo, ya que hace más de dos semanas que el presidente del Ejecutivo, Miguel Sanz, y el líder del PSN, Carlos Chivite, firmaron el acuerdo que permitirá que el proyecto sea aprobado cuando finalice el trámite de las enmiendas parciales, a finales de enero. Pero era una buena ocasión para comprobar cómo están las posiciones políticas después del giro del PSN que posibilitó la continuidad de Sanz.

Cuando sus parlamentarios acataron la orden de dar vía libre a UPN en agosto, su nuevo portavoz, Roberto Jiménez, aseguró que en el trámite de estos presupuestos se comprobaría la labor de oposición de su partido. Ayer, por contra, Jiménez explicó que ellos no practican una «oposición de zancadilla» y que por eso han decidido apoyar las cuentas desde un «ejercicio de pragmatismo». Afirmó que sirve para recuperar «un ambiente tranquilo» y crear «un clima de confianza para invertir en Navarra». En este contexto, quiso elogiar el acuerdo alcanzado la víspera por la patronal CEN y los que denominó como «sindicatos de clase»: UGT y CCOO.

El portavoz del PSN sí puso notable interés en marcar distancias respecto a Nafarroa Bai, en respuesta a las apelaciones de Maiorga Ramírez, que ejerció de portavoz de la coalición, para no perder la ambición de lograr un gobierno alternativo en el futuro. «Aquí no hay una realidad de 26 parlamentarios frente a 24 -dijo Jiménez-, sino una realidad de 22, 12, 12, 2 y 2 [en alusión a los parlamentarios de que disponen UPN, NaBai, PSN, IUN y CDN]. Y si vamos a hablar de bloques, hay tres: el conservador, el de la izquierda y el nacionalista». A partir de ahí, se dedicó a descalificar algunas posi- ciones concretas de NaBai: «Ustedes apoyan el currículum vasco, jalean a Pernando Barrena, llaman a la desobediencia civil contra la sentencia del 18/98 y proponen 150.000 euros para visitar a los presos que están fuera de la comunidad. ¿Es esto progresismo?», planteó.

NaBai: El PSN, «pelele»

Curiosamente, UPN hizo lo contrario. Su portavoz, Carlos García Adanero, acusó a la coalición formada por Aralar, EA, PNV y Batzarre de ocultar interesadamente algunos principios: «Ustedes no son de izquierdas, son nacionalistas, y no se avergüencen de decirlo, no vaya a ser que salga otro partido nacionalista y se lleve sus votos».

Desde NaBai, Ramírez definió la posición del PSN utilizando términos como «pelele» o «esbirro político» de UPN. Sobre el fondo de la cuestión, deslegitimó el apoyo dado a este proyecto de presupuestos reprochándole que lo que se pactó en verano en la negociación para un gobierno de coalición era muy diferente. «Señor Jiménez, ustedes están obligados a apoyar estos presupuestos por un pacto en Madrid. Deje de justificar lo injustificable», pidió.

Por parte de IUN, Ion Erro argumentó también que éstos son unos presupuestos «de derechas» y que apuntalan una Nafarroa «puntera en precariedad y eventualidad laboral».

La sesión concluyó esta vez en menos de dos horas y sin que algunos portavoces agotaran siquiera sus opciones de turno de palabra. Las enmiendas a la totalidad obtuvieron 13 votos a favor en el caso de la de IUN y 14 en el de la de NaBai (un parlamentario del PSN se equivocó de botón, al parecer). A partir de ahora se abre el plazo de enmiendas parciales, que posibilitará incluir los retoques pactados por UPN y PSN. El proyecto se aprobará posiblemente el 22 de enero, muy tarde por la demora del Gobierno en presentar el proyecto (antes elaboró un borrador para que el PSN diera el visto bueno).

Ya en los pasillos, Miguel Sanz elogió la recuperación la entente UPN-PSN. Admitió que sus relaciones con el Gobierno español «están en un momento dulce», cuando hace unos meses aparecían «absolutamente aparcadas» por «la falta de transparencia del llamado proceso de negociación». Y saludó que la nueva situación permita «el impulso a una serie de infraestructuras claves para el desarrollo de nuestra comunidad y de España, como el corredor navarro de alta velocidad».