«Desde el primer día, el Gobierno ha querido dar respuesta a las ansias de paz de la sociedad española». Es una de las afirmaciones incluidas en los 350 folios de resumen de legislatura difundidos ayer por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente español los resumió en una rueda de prensa de hora y media en la que inicialmente no citó para nada su política en Euskal Herria, según dijo, para no alimentar polémicas con esta materia, y en la que a preguntas de los periodistas no ofreció grandes titulares.

Tampoco hay novedades reseñables en el balance escrito, en el que Zapatero acentúa su tendencia habitual a alardear de que su Ejecutivo ha sido más duro que los anteriores en la lucha contra el independentismo vasco, incluso en el momento en que ETA estaba en situación de alto el fuego permanente.

Así, el informe destaca como elemento positivo que en esos catorce meses y medio se produjeron 92 detenciones que el Gobierno relaciona con ETA o la kale borroka, lo que supone que se mantuvo un ritmo proporcional al de todo el resto de la legislatura. En conjunto, según el balance a 20 de diciembre, las FSE han arrestado a 364 «miembros o colaboradores de ETA» y a 129 «vinculados con el terrorismo callejero». En total, suponen 493 detenciones, a ritmo de una cada tres días.

Zapatero pone interés en resaltar que su actitud durante el alto el fuego fue más rígida que la de otros ejecutivos anteriores en procesos similares. Y resalta que «no se produjo ninguna modificación en la política penitenciaria» y que por vez primera el Gobierno habló con ETA no por su cuenta, sino con un aval expreso del Congreso.

«No es razonable»

A Zapatero se le preguntó en la rueda de prensa si mantiene la intención de hablar con la organización armada en el futuro. «No me parece que sea razonable contemplar futuribles -respondió-. No hay ninguna expectativa de diálogo con ETA, ninguna. Lo puedo decir otra vez: ninguna».

Tanto la comparecencia como el informe eluden cualquier mención concreta a lo ocurrido durante el intento de proceso de negociación, más allá de culpar a ETA de finiquitarlo con el atentado de Barajas (no se cita, por supuesto, el posterior intento de mayo). El texto escrito se limita a indicar que «se intentó un final dialogado de la violencia, sin éxito». Y en su intervención en La Moncloa, el líder del PSOE trató de sostener que «he trabajado todos los días para terminar con la violencia terrorista o para reducirla al máximo», guiado por «la obligación de salvar vidas».

En la mente de los periodistas estaba una comparecencia similar hace doce meses, cuando Zapatero, en el mismo escenario, vaticinó que «el año que viene estaremos mejor». Fue la víspera del atentado de ETA en Barajas. Preguntado por ello, comentó que «fue un error notable».