Manu Errazkin, Jose Campos (*) Familiares de presos políticos, encerrados en la catedral del Buen Pastor
Desde el Buen Pastor
Nos ha tocado ser familiares, algo que no hemos elegido, pero no por ello cesaremos en el empeño de obligar a los gobiernos francés y español a poner fin a esta política penitenciaria criminal
La situación que nos muestra el balance del pasado año 2007 nos ha llevado directamente a encerrarnos en esta Catedral del Buen Pastor. Un balance realmente preocupante: la cada vez mayor aparición de enfermedades psíquicas y físicas graves y presos enfermos encarcelados a los que se les impide su vuelta a casa; una lista cada vez más larga de aquellos que aun habiendo cumplido las condenas tampoco nos los devuelven a casa; una soledad sumergida en unas condiciones de vida de alejamiento e incomunicación capaces de llevar a presas y presos políticos vascos a tratar de dar fin a sus vidas.
Ha sido un final de año que nos ha asaltado con la inquietud de una madre que dirige unas líneas a su hijo detenido, incomunicado durante días y del cual nada se sabe, siendo que una vez en prisión se tiene conocimiento de las torturas que ha padecido. Un año que nos ha herido físicamente a 36 familiares y allegados, siendo que han terminado con la vida de la última de ellas, aquella que pretendía visitar a un ser querido en la prisión de Teruel. Toda una política, toda una actitud, todo un cúmulo de normas que se han convertido en leyes española y francesa. Y es que a día de hoy ni tan siquiera podemos demandar la aplicación de la ley, pues la misma es sinónimo de crueldad.
Estamos aquí en honor a nuestra dignidad y coherencia: gente a la que nos arrebataron las vidas de nuestros seres más queridos, gente a la que a su familiar gravemente enfermo se le niega la libertad, familiares de secuestrados y de aquellos que vagan errantes por un mundo desconocido y sin identidad. Nos ha tocado ser familiares, algo que no hemos elegido, pero no por ello cesaremos en el empeño de obligar a los gobiernos francés y español a poner fin a esta política penitenciaria criminal, pues bien sabemos que su voluntad para ello no vendrá del cielo como el maná. Dicha voluntad deseada no llegará si es que no hacemos frente de manera comprometida y efectiva a tanta barbarie de la que hacen gala esos partidos que mantienen en vigor una política concreta diseñada para el sufrimiento y el asesinato premeditado en busca del arrepentimiento de nuestros familiares represaliados políticos vascos.
Décadas de ausencia, de exilio y prisión bien merecen una actitud de oposición por nuestra parte hacia los que detienen, torturan, encarcelan, maltratan y secuestran, pretendiendo terminar con toda una vida de sentimientos, de compromisos y derechos para con un pueblo. Y es que hemos de reseñar que hasta el fin de tanto sufrimiento y la consecución de una verdadera solución seguiremos al lado de nuestro familiar oprimido y perseguido, convirtiendo en eternos aliados suyos nuestro cariño y solidaridad para con todas y todos ellos, hijas e hijos de Euskal Herria que lo dan todo por un futuro que tanto y tanto ansiamos.
El objetivo de este encierro no es otro que volver a poner encima de la mesa una realidad que se pretende ocultar. La crueldad manifiesta de una política penitenciaria creada para un fin determinado, un calculo político que trata de convertir en marionetas muchas vidas humanas.
Aquí nos hemos reunido con agentes, sindicatos, asociaciones con los cuales nos unen muchas cosas (luchadores por la amnistía, por la verdad, el reconocimiento, la justicia...) y pretendemos seguir interpelando (a partidos políticos, instituciones...) para cumplir lo que es deber de esta asociación: dar testimonio de una realidad y, de manera conjunta, denunciar y movilizarnos para hacer frente a esta política criminal. La misma necesidad de acudir a la prisión y al exilio nos lleva también a ello. En modo alguno podemos permitir que en este país las autoridades políticas e institucionales entiendan que un cajero automático o una fachada tengan más derechos que un ciudadano en comisaría o un familiar de un preso al que se le arrebata la vida sobre un obligado y largo asfalto que ya ha ocasionado tanto dolor. Un dolor cargado de sufrimiento, heridas y muertes a consecuencia de una política realmente violenta que gobiernos y partidos aliados pretenden negar. Negar lo innegable.
A primeras horas de este año 2008, vaya nuestro mensaje para los que lleváis demasiado tiempo vagando por el mundo, largos años entre cuatro paredes, a los que en este finalizado 2007 os han golpeado de manera brutal aquellos que visten la toga y acatan las ordenes del trajeado acomodado en alguna oficina política: sabed que con que exista preso o exiliado alguno, no doblegarán nuestra firmeza; mantendremos este espíritu comprometido hasta el fin de toda esa vulneración de derechos, hasta veros a todas y a todos vivos, en casa y para siempre. A vosotros, pues, nuestro más caluroso beso.
Vaya también nuestro mensaje a las mujeres y hombres comprometidos que de manera conjunta compartís y lucháis por nuestros mismos objetivos: el próximo sábado, 5 de enero nos encontraremos en el Velódromo de Anoeta. Urte berri on denoi!
(*) Firman también este artículo Jose Luis Lopez de Luzuriaga, Mari Luz Sebastián, Mattin Troitiño, Fermina Villanueva, Santi Iparragirre, Mila Maiztegi, Ainhoa Iturriotz y demás familiares encerrados en la catedral del Buen Pastor