En una carta fechada el domingo en las Montañas de Colombia y enviada al presidente venezolano y mediador en el proceso, Hugo Chávez, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia anunció la paralización del proceso de liberación de dos mujeres en su poder y del hijo de uno de ellos por motivos de seguridad.

En la misiva, que el propio Chávez leyó públicamente el pasado lunes, la guerrilla denuncia las «intensas operaciones militares en la zona» y recuerda que «insistir en estas condiciones sería poner en peligro la vida no sólo de las personas a liberar sino de otros prisioneros de guerra y de los guerrilleros a los que se ha encargado cumplir con esta misión».

Las FARC reiteran su compromiso de que «tan pronto hallemos un lugar que nos brinde toda la certeza de seguridad le estaremos comunicando para reactivar los mecanismos» de liberación y entrega.

Uribe desmiente

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, se vio obligado a desmentir las acusaciones de la guerrilla. Forzado a acudir a Villavicencio, de donde partieron los valedores internacionales de este proceso, Uribe insistió en que «nos pidieron establecer una especie de corredor estratégico y lo hemos hecho».

Consciente acaso de que sus explicaciones no convencen, Uribe fue más allá y acusó a las FARC de incumplir su promesa porque no tendrían en su poder a Emmanuel, hijo nacido en cautiverio de Clara Rojas.

Uribe se sacó de la manga una información según la cual el pequeño Emmanuel habría sido hallado en verano de 2006 y estaría actualmente en manos de un organismo oficial.