Navidades a ritmo de punk-rock con el batería Marky Ramone
Por mucho que su trabajo lo desarrolle sentado, Marky es el único componente de Los Ramones que queda en pie. Con él viajan siempre las canciones del rememorado grupo neoyorquino. Repertorio de viejos himnos que Marky contará, una vez más, este sábado en Bilbo.
Pablo CABEZA | BILBO
En 2001 fallecía Joey Ramone, en 2002 lo hacía Dee Dee y en 2004 la «guillotina» se llevaba la cabeza de Johnny Ramone. Con tanta cruz envenenada cabía imaginar que el siguiente sería Marky, pero el batería que les acompañó por la mayor parte del camino aguantó el empuje del lado oscuro y aquí le tenemos en una nueva gira, donde sólo cabe el homenaje a los Ramones. Desperdigados por el camino también quedaron -aunque con poco peso temporal- Tommy (presente en los tres primeros discos, mánager y productor) y Richie Ramone, batería anecdótico ante el peso de la obra del cuarteto y otros.
A Marky Ramone le localizamos telefónicamente en Brooklyn, Nueva York, donde nació en 1956 y donde continúa viviendo: «Sí, vivo aún en Brooklyn. Sólo me dedico a la música. Bueno presento un programa de radio en Sirius Radio, donde pongo lo que me gusta: desde Phil Spector hasta los Ramones, obviamente; pero es más un divertimento». A Marky le llegan muchos discos promocionales, por lo que se mantiene al día con cierto tipo de música, que es, finalmente, la que propone a sus oyentes, «pero luego, en mi casa, ya sabes, acaba sonando lo mismo: Beatles, Who, Kinks...». Lo de siempre, los nombres y estilos que marcaron historia y buena parte de su adolescencia.
Marc Bell (Marky Ramone) tuvo su buena época de bebedor, todo su primer periodo al lado de los Ramones, hecho que le condujo al banquillo en 1982, siendo reemplazado por Richie Ramone durante cinco años. Sin embargo, en la actualidad es un tipo formal: «No tengo ni un local favorito y tampoco salgo mucho a ver bandas por la noche, eso les toca a las nuevas generaciones. Donde voy a menudo es a una pizzería de un amigo mío. Voy, comemos y charlamos, ya sabes, comentando la actualidad. Nada más».
Tranquilidad o rutina que rompe cuando sale de gira y saca las baquetas para machacar el ñaca ñaca de los Ramones, de quienes toma prácticamente todo el repertorio. «Sí, hacemos todo el set con temas de los Ramones. Aunque algunas veces también tocamos algo del disco `Blank generation', de Richard Hell, en el que yo grabé la batería. Pero sí, en definitiva, son treinta temas de los Ramones». Lista de canciones en la que no faltan títulos de los tres primeros álbumes, aunque él no fuese aún un Ramone. «Claro, el repertorio es una mezcla de todas las épocas. Un poco de cada disco. Sería un pecado olvidarnos de temas como `Blitzgriebop' o `Sheena is a punk rocker'».
En el inicio de la presente década, Marky Ramone formó una banda de acompañamiento que se llamó The Speedkings, con ellos grabó y giró, pero en 2004 la aventura alcanzó su final devorada por la propia historia de Marc Bell: «Fue divertido, pero el problema era que en los conciertos nos encontrábamos con que la gente quería escuchar temas de los Ramones y no hacían mucho caso de lo nuestro. Así que, a partir de ese momento me planteé seriamente hacer lo de Marky Ramone & Friends. Además, mi email se llenaba de correos en los que me preguntaban por qué no iba a tocar aquí o allí temas de los Ramones. Al final comprendí que ése era mi destino».
También asiente con resignación que todos nos interesemos una y otra vez por los Ramones: «Ramones es una de las bandas más importantes de la historia de la música, así que es lógico. De verdad, lo entiendo. Si yo tuviera que entrevistar a Ringo Star, también le preguntaría sobre los Beatles».
Marky Ramone selecciona para sus conciertos alrededor de una treintena de canciones ramonianas. No obstante, sus cuatro preferentes son «Sheena is a punk rocker», «Sedated», «KKK» y «Blitzgriebop».
Marky Ramone pasará las Navidades fuera de casa: «Hace ya tres años que estoy fuera en estas fechas. Pero me gusta ver diferentes lugares del mundo en Navidad, el tipo de iluminación y todo eso».
Fecha: Sábado 5.
Lugar: Kafe Antzokia de Bilbo.
Precio: 12/14 euros.
Hora: 22.00 h.
Entrada anticipada: Kafe Antzokia, Power Records y Noiseontour.com.
FNAC: Encuentro con Marky Ramone y presentación del disco «Start of the century; Punkthology», 19.00 h.
Ramones se formaron en el distrito de Queens, Nueva York, en 1974, dos años antes que los Sex Pistols. Les publicaron su álbum debut, «Ramones», en abril de 1976. Su duración no llegaba a los treinta minutos y sus canciones se resolvían con tres acordes y poco más de dos minutos. En la portada aparecían los cuatro Ramones con chupa, vaqueros, zapatillas y flequillos. Por su parte, Marky debutaba a la batería en el disco «Blank generation» (1977), de Richard Hell, otro de los mejores discos de la historia del punk-rock.
Marky toca la batería, pero también se ha convertido en dj. «Sí, pincho en todas partes. La música que suelo poner es punk rock, soul, 60's... Música alegre para que todo el mundo lo pase bien». ¿Y qué veríamos si abriésemos la maleta, esos discos que nunca le faltan en ninguna sesión?: «Ah, bueno, al margen de los Ramones, siempre llevo a los Beatles, el primero de los Who, Phil Spector, Jimmy Hendrix & the Experience, Led Zeppelin... clásicos sobre todo».
Lo más reciente de Marky Ramone es «Start of the century». «Es una recopilación de los dos discos que saqué con los Intruders. La producción va a cargo de Lars Frederiksen y en algún tema colabora Joan Jett. Ya hace casi un año que está a la venta y, la verdad, es que está funcionando muy bien». Toca despedirse, aunque no sin solicitarle las claves, por muy juvenil que suene, para ser un Ramone como él: «Es cuestión de actitud. No es tanto la chaqueta de piel o las Converse. Ser un Ramone significa creer en ti mismo y en tus posibilidades. Ser honesto, sin importarte lo que digan de ti».
P. C.