Raimundo Fitero
Saciedad
Subida de tensión tarjeteril. Los grandes almacenes de siempre dicen que falta todavía por hacer muchos regalos. Los anunciantes de perfumes, así lo secundan. Las cadenas andan buscando su sitio ante este año que empieza. Suben, como siempre, todos los servicios básicos. Menos las audiencias. Veamos, el consumo medio de los televidentes del Estado español creció durante 2007, pero en el mes de diciembre ninguna cadena, ni la que ocupó el primer lugar, Tele 5, llegó al veinte por ciento de cuota, lo que quiere decir que el listón empieza a estar bastante bajo. Este dato es bastante importante para empezar a entender el futuro que nos espera como consumidores de televisión generalista.
Si todavía nos falta regalar algo, que sea pronto, porque no quisiera encontrarme con las rebajas debiendo nada a nadie. Por eso solicito solemnemente a todas las cadenas que suspendan de manera inmediata todas las hostilidades de los resúmenes anuales, que ya nos tienen saciados, que ya los hemos visto, revisto y requetevisto, con sus gracias, sus momentos, sus mementos y sus monumentos. Listo, a otra cosa, a pensar en el mañana, que se empieza a hacer tarde.
Tele 5 estrenó otro espacio a base de almas de artistas en una búsqueda de la fama rápida a base de hacer cualquier cosa que sirva para rellenar unos cuantos minutos televisivos en la rama de entretenimiento. No hay mucho dónde elegir, es un programa de los que ya conocemos su formato, pero en su primera entrega, «Tú sí que vales», el dinamismo que destila nos despertó del letargo de las redifusiones de fin de año, donde tuvimos ocasión de ver que el panorama desde la nochevieja es siempre sombrío, que es posible hacer el ridículo con mucha afición, y que al final, lo que interesa es pasárselo bien, y si se sale en la tele, miel sobre hojuelas, más cachondeo en tu casa, en tu barrio y en tu currelo.
Aunque esto de salir en la tele empieza a ser algo tan habitual que lo extraño será dentro de poco encontrar a alguien que salga de su casa normalmente y no acabe en un reportaje, en unas imágenes de relleno de cualquier cadena. Las locales crecen, el pastel publicitario se estanca, las nuevas tecnologías avanzan.