Después del mensaje de Juan Carlos Borbón, en Nochebuena, el protagonismo corresponde al lehendakari por la Nochevieja y ayer en «El Correo Español» le zurraban la badana de lo lindo porque, decía el editorialista, «Ibarretxe se limitó a repetir en él, una tras otra, las ideas que ha venido desgranando a lo largo de los últimos meses y a exponer, más particularmente, el plan que presentó en el Parlamento con ocasión del último debate de política general. Ninguna de las críticas recibidas, ni siquiera de las que han provenido de la dirección de su propio partido, ha hecho mella alguna en su pensamiento. Reincidió, por tanto, en los mismos errores en los que ha venido incurriendo desde que ETA rompiera el alto el fuego con su atentado de diciembre de 2006 en Barajas». Ya ven que no dejan pasar ni una: «Abundó, en primer lugar, en el confusionismo del que ha abusado desde aquella fecha mezclando violencia y conflicto político, pacificación y normalización, como si de conceptos intercambiables se tratara». Algo tendrán que ver unos y otros, ¿no les parece? Y lo que les puso fritos a los editorialistas es que, en referencia al exterminio de la izquierda abertzale se pronunciara en tono incorrecto: «respecto de los medios que el Estado de Derecho está aplicando para alcanzar el mismo objetivo, se permitió descalificarlos por inútiles o contraproducentes, dando a entender que, al aplicarlos, las instituciones competentes conculcan los derechos humanos y la misma democracia». Que se lo pregunten a Gorka Lupiañez, por ejemplo.

Al final caen casi en el insulto: «En relación con lo que denominó `el conflicto político vasco', el lehendakari volvió a incurrir en su conocido adanismo. El 2008 que ahora comienza sería el inicio de una `nueva etapa', un `año trascendental' en el que los vascos vamos a tener la oportunidad de `escribir nuestro futuro', el comienzo de un `nuevo ciclo histórico' o el momento de `poner en marcha el reloj'. Nada de lo que en este país se ha hecho hasta hoy parecería tener importancia. Porque, como literalmente dijo Ibarretxe, a partir de este año `hemos de dar a la sociedad vasca, a diferencia de lo que hasta ahora hemos hecho, el protagonismo que le corresponde'». Va siendo hora de menos palabrería y más hechos. Aunque le duela a «El Correo Español».