Dos detenidos y quince heridos por la Policía Foral en Arbizu
Dos furgonas de la Policía Foral irrumpieron el martes a la mañana en Arbizu cuando los vecinos celebraban el año nuevo, produciéndose altercados que se saldaron con dos detenidos y más de quince heridos. El teniente alcalde, que se acercó a los agentes cuestionando su actuación, fue agredido y detenido acusado de «atentado a la autoridad».
GARA |
La Policía Foral irrumpió en Arbizu la mañana del día 1 cuando los vecinos de la localidad se hallaban celebrando el año nuevo, produciéndose diversos altercados en los que resultaron heridos unos quince vecinos de este pueblo de la Sakana. Según señalaron varios vecinos, dos furgonetas de la Policía Foral irrumpieron en el pueblo, y los agentes salieron encapuchados a quitar diversos carteles que informaban de la situación de presos enfermos.
El teniente alcalde de Arbizu se acercó hasta ellos para, como autoridad municipal, exigir una explicación sobre su actuación. Estos, que según señalaron los vecinos se mostraron «muy nerviosos», comenzaron a agredirle indicando que tendrían que detenerlo y llevarlo a Iruñea para identificarlo. El alcalde de la localidad explicó a GARA que «una vez en el suelo le pisaron el rostro con la bota, y también tiene descolocado el hueso del brazo». Mientras tanto, un grupo de personas se acercó al lugar y, al comprobar la agresión a su vecino, increparon a los agentes. Los policías respondieron a porrazos y lanzaron pelotas de goma contra los vecinos, y ellos también respondieron ante la agresión que estaban sufriendo; según denunció la Policía Foral, al menos dos agentes resultaron heridos. Muchos vecinos tuvieron que ser atendidos por los golpes recibidos, y unas quince personas presentaban heridas de diverso tipo.
Numerosos heridos
Tras media hora de altercados, los agentes se marcharon del pueblo llevándose detenido al teniente alcalde. Pero volvieron otra vez cerca de media hora más tarde. Según ha podido comprobar este medio en las imágenes tomadas por vecinos en el momento de los hechos, los agentes forales llegaron con el rostro cubierto y con las bocachas o lanzapelotas en mano. En esa segunda ocasión, la Policía Foral se llevó detenido a un joven del pueblo.
Los dos detenidos permanecieron en comisaría durante el día del martes, y ayer al mediodía quedaron en libertad tras pasar ante el juez. Se les acusa de «atentado contra la autoridad» y de producir altercados «con daños materiales».
Las peticiones de condena en su contra varían entre un año y tres años de cárcel, dependiendo del grado de lesiones que presentan los agentes heridos, según calculó el abogado de la defensa. El procesamiento de los dos vecinos puede alargarse hasta un año.
El alcalde de Arbizu, al conocer la noticia, se presentó en la Comisaría de la Policía Foral para pedir explicaciones sobre los ocurrido. Lo único que le hicieron saber es que «los agentes salieron de comisaría al conocer que presuntamente un contenedor ardía en Altsasu», pero no supieron explicar por qué habían entrado en Arbizu.
Manifestación y Pleno
Los vecinos de Arbizu, localidad de unos mil habitantes, salieron a la calle el mismo día de los incidentes. Unas 400 personas recorrieron las calles del pueblo exigiendo la puesta en libertad sin cargos de sus vecinos y también que «nos dejen en paz». Por otro lado, ayer el Ayuntamiento convocó un Pleno para tratar el asunto. Se aprobó una moción en el que se pregunta sobre la actuación de la Policía Foral, denuciando que «quieren convertirlos en fuerzas armadas en contra de los abertzales». «En Arbizu y en Euskal Herria no queremos fuerzas policiales represivas», agrega el texto.
Añaden que «lo ocurrido en Arbizu requiere una respuesta clara y firme, tenemos que demostrar que es nuestro derecho poder vivir en paz en nuestra localidad». En sus palabras, «por defender ese derecho fueron llevados detenidos nuestros vecinos». Por ello, el Ayuntamiento les mostró ayer su solidaridad, y procederá a la publicación de un manifiesto que avale los testimonios de lo sucedido, para, apoyado por una recogida de firmas, presentarlo ante las autoridades pertinentes. Asimismo, mostró su disposición a presentarse como acusación particular, y convocó una manifestación para el 13 de enero.
Askatasuna denunció que algunos medios de comunicación «han silenciado la voz de los vecinos, difundiendo únicamente la versión policial». Por ello, el organismo recopiló los testimonios y desmintió la versión policial en una nota de prensa. Denunciaron la «impunidad» de las fuerzas policiales, ya que «fueron ellos los comenzaron el incidente y rompieron la normalidad en este pueblo».
Aunque los agentes justificaron su actuación como «vigilancia especial de las fiestas navideñas», los vecinos explicaron que «bajaron encapuchados» y que «estaban muy nerviosos». Cargaron contra los vecinos, sin que hubiera ningún motivo, ya que el pueblo celebraba el año nuevo con normalidad.
No es la primera vez que agentes de la Policía Foral intervienen sin un motivo aparente y sin dar explicaciones. En el caso de Arbizu, justificaron su irrupción como una «vigilancia especial con motivo de las fiestas navideñas», pero sigue sin explicarse por qué bajaron de las furgonas encapuchados y procedieron a quitar carteles. El junio pasado, un hecho similar tuvo lugar en el barrio iruindarra de Arrosadia, que celebraba sus fiestas. El caso es que un grupo de jóvenes se hallaba sentado en el parque del recinto de las txosnas, que a esa hora estaban cerradas, cuando aparecieron furgonas de la Policía Foral y una patrulla municipal. Los agentes salieron de los vehículos emprendiendola a porrazos contra el grupo. Durante la agresión un joven de Atarrabia fue detenido, y diez personas denunciaron haber sido agredidos. Presentaron partes médicos que acreditaban las lesiones sufridas por las porras, incluso fotos que mostraban las lesiones producidas por pelotazos, pero las denuncias fueron archivadas, y a ellos los acusaron de «atentar contra la autoridad». Los jóvenes y los testigos indicaron que se hallaban sentados en el suelo en el momento de los incidentes.
