Siria respondió a la suspensión de contactos diplomáticos decidida por París anunciando ayer que cesa, por su parte, la cooperación con el Estado francés para intentar alcanzar una salida a la crisis política de Líbano.

Tras once fracasos consecutivos del Parlamento libanés para designar a un nuevo presidente de la República, Nicolas Sarkozy anunció el domingo en El Cairo que el Estado francés rompía sus contactos con Damasco hasta que en Beirut se eligiese un presidente «por un amplio consenso».

«Siria ha decidido cesar su cooperación con Francia respecto a la crisis libanesa», destacó ayer el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid Mouallem, durante un conferencia de prensa en Damasco.

París también destacó que la reanudación de contactos con Damasco estaba condicionada a «la buena fe» en la crisis política libanesa. «Es lo que le hemos dicho a los sirios, que nuestros contactos políticos se terminan hasta que Siria demuestre su buena fe y un presidente con amplio respaldo sea elegido en Líbano», declaró la portavoz del Ministerio francés de Exteriores, Pascale Andréani.

El ministro sirio, por su parte, acusó al Estado francés, de culpar exclusivamente a Damasco y a la oposición libanesa de la situación de bloqueo que se vive en ese país árabe.

«Hemos acogido con sorpresa las palabras del presidente francés, en las que considera a Siria y a la oposición libanesa responsables del fracaso a pesar de los esfuerzos llevados a cabo por Siria, que Francia conoce muy bien, y la flexibilidad de la que ha hecho gala la oposición para lograr un reglamento de consenso», añadió Mouallem.