Expulsados del paraíso
«Sehnsucht»
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
El cine alemán independiente, lo mismo que el resto de la producción europea, solamente nos llega desde esa plataforma tan indispensable que constituyen los festivales internacionales. «Sehnsucht» nunca se habría estrenado en nuestras pantallas comerciales de no ser por su triunfo en el Festival de Gijón, donde se llevó el primer premio y el de la Crítica. También ha obtenido el Premio Especial del Jurado en el Mar del Plata, junto con el aval que supone la buena acogida por parte de los enviados especiales a la Berlinale. Son unas inmejorables credenciales para esta realización de Valesca Grisebach, elogiada por su reflejo de la realidad cotidiana dentro de un estilo documental y naturalista, basado en la inmediatez del trabajo con actores no profesionales.
Lo que Valesca Grisebach propone, desde una modestia de medios convertida en personal marca de autor, es una actualización del contencioso de la infidelidad matrimonial, mediante un tipo de drama renovado que muestra los aspectos cambiantes del conflicto de pareja, pues ya no depende tanto de criterios morales como de una cuestión puramente práctica. Un simple desliz o salida del programa establecido de convivencia por parte del marido, desencadena la ruptura, poniendo en juego la seguridad y la estabilidad de un modelo de vida convencional.
Él es un trabajador metalúrgico que ejerce de bombero voluntario para su pequeña comunidad, hasta que en una fiesta con los colegas del parque bebe de más y amanece en una compañía femenina que no es la de su mujer, la cual canta en el coro parroquial y queda expuesta a las habladurías de la vecindad. Todo esto ocurre en un tranquilo pueblo, cercano a Berlín, una especie de paraíso terrenal del que uno puede ser expulsado cuando comete algún exceso y encontrars expuesto a las miradas ajenas.