Son niños procedentes del entorno de la central nuclear situada en Chernobil, en el norte de Ucrania, que sufrió un accidente en 1986. La Asociación Chernobil trabaja desde hace muchos años para traerles a familias vascas durante los meses de verano; se trata de un programa que persigue fundamentalmente que vivan con familias y en un entorno descontaminado, ya que, sin que sufran ninguna enfermedad desarrollada, tienen el sistema inmunitario muy debilitado por la radiación.

Este año la campaña se ha prorrogado. Equipos de la asociación visitan durante el otoño, casa por casa, a los menores que componen el programa y en base a ese contacto, establecen la organización de las acogidas.

Del grupo de centenar y medio de familias ucranianas visitadas, la Asociación Chernobil concluye que hay unos 40 casos de mayor urgencia y en estos momentos se encuentran «con un número de familias insuficiente para acoger a este grupo». Es ésta la razón del llamamiento que realizan, la víspera de la reunión de Bilbo, mañana en la sede de Bolunta, situada en la calle Ronda s/n, a las 17.00, a familias vascas que pudieran estar interesadas en participar en la iniciativa.

El próximo 26, en Donostia

El próximo día 26, sábado, se celebrará la última reunión de la presente campaña en Donostia, concretamente en Txara I, en los locales existentes en el paseo de Zarategi, en el barrio de Intxaurrondo.

Haste el momento habrían respondido cerca de 30 nuevas familias, con intención de obtener información, que se sumarían a las que se encuentran ya confirmadas, unas 12. La práctica dice que habría unas 32 familias para 32 niñas y niños y las urgencias que la asociación tiene este año están cerca de las 50, 45 de ellas muy urgentes.

Tal y como han referido a GARA portavoces de la asociación, el planteamiento que se hace acerca del perfil de las familias acogedoras es muy abierto. «Vale cualquier tipo de unidad familiar, pueden acoger a niños familias monoparentales, personas solteras, mayores viudas, con hijos o sin hijos, no hay un estándar».

Con posterioridad se desarrolla un trabajo individualizado para las asignaciones, «se estudia cada caso y se procura encajar bien. Siempre habrá algun menor al que le venga bien que no haya otros menores en casa y otros que necesiten niños en la convivencia».

Insisten asimismo en que se trata, fundamentalmente, de un programa de salud «y aquí tienen la cobertura sanitaria».