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El drama del retorno a casa después de la guerra

«En el valle de Elah»

El canadiense Paul Haggis sigue siendo más cotizado como guionista que como director, pese al excelente saldo arrojado por su ópera prima «Crash» en los Óscar. Su segunda realización  combina el «thriller» de investigación criminal con el drama del regreso a casa de los combatientes en Irak, utilizando alegorías religiosas y patrióticas que han suscitado una fuerte controversia, sobre todo en Estados Unidos, donde el público ha dado la espalda a «En el valle de Elah».

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Los cineastas de Hollywood se sienten en la imperiosa necesidad de criticar la política exterior norteamericana, pero su público no está respondiendo a esa llamada, como si ya tuviera bastante con los noticieros y no quisiera ir más allá en el esclarecimiento de las causas que han llevado a los jóvenes a combatir en una invasión como la de Irak. Todas las películas sobre el asunto están siendo un fracaso en taquilla, incluso las que tratan de otros conflictos, como en el caso reciente de “La sombra del cazador”, que volvía sobre la heridas no cerradas en los Balcanes. “En el valle de Elah” no ha recuperado en los cines de los Estados Unidos ni la cuarta parte de su inversión, con lo que deberá esperar a su comportamiento en las salas del resto del mundo.

No parece lo mejor para la delicada salud del canadiense Paul Haggis, que sufrió un infarto durante el rodaje de “Crash”, precisamente al pasar de ser guionista a también dirigir. Con “En el valle de Elah” de poco le han servido los Óscar obtenidos previamente, porque los espectadores norteamericanos se han olvidado muy rápido de sus éxitos más recientes. Algo se debía de oler el propio Haggis, quien trató de apoyarse en su mentor Clint Eastwood, pidiéndole que interpretara al personaje principal de la historia, pero éste declinó la oferta porque ya solamente quiere dedicarse a la dirección. Lo cierto es que no lo habría hecho mejor que Tommy Lee Jones, seguramente más adecuado para encarnar al veterano de la Guerra de Vietnam que investiga la muerte de su primogénito.

Tanto Tommy Lee Jones como su compañera de reparto, la actriz Susan Sarandon, expresan el dolor inconsolable de los padres que han perdido a sus hijos a consecuencia de un conflicto que responde a oscuros intereses políticos. Él ha de convertirse en un improvisado investigador porque las autoridades policiales, representadas por Charlize Theron en el cometido de la agente atada de pies y manos, no parecen dispuestas a resolver una muerte que tiene todos los visos de haber sido un crimen cuartelero y, por lo tanto, es ocultado por los mandos militares.

Paul Haggis se acoge en “En el valle de Elah” a la tradición de las películas sobre el regreso de los soldados del frente, que arranca en la II Guerra mundial y tuvo su continuidad en Corea y Vietnam. Son dramas posbélicos que no se centran en lo ocurrido en el campo de batalla, sino que muestran el estado traumático de los combatientes cuando vuelven a casa. Aquí, existe el agravante de que unas grabaciones con los móviles del maltrato a los detenidos iraquíes, prolongan la mala conciencia y tensión interna provocada por tales sucesos.

En su faceta de guionista Haggis ha recurrido a una alegoría bíblica, que equipara al Rey David con Bush, porque mandó a David para luchar contra Goliat con tan sólo cinco piedras. Las interpretaciones no han sido tan claras en el plano final de la bandera de las barras y las estrellas, hecha jirones e izada boca abajo en signo, según algunos, de petición de auxilio.

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