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La ilegalización y sus consecuencias

El TS condena a la Mesa del Parlamento de Gasteiz al amparo de la ilegalización

Fueron absueltos en dos ocasiones por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, pero todo ha cambiado al llegar a Madrid. El Tribunal Supremo español ha decidido contradecir a la Fiscalía y dar la razón al grupúsculo ultra Manos Limpias para condenar a inhabilitación y multa a Juan María Atutxa, Gorka Knorr y Kontxi Bilbao por no disolver a SA.

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Ramón SOLA | IRUÑEA

Los tres implicados se mostraban tranquilos ante la vista del Tribunal Supremo. A Madrid habían acudido Kontxi Bilbao y Juan María Atutxa, que explicó que esperaba la confirmación de la absolución dictada en su día en Bilbo y que deseaba que «unos y otros aprendan de algún que otro error en este tortuoso camino». El tercer procesado, Gorka Knorr, también lo veía claro: «Todo apunta hacia la absolución». Pero la sorpresa saltó a las 21.00, cuando el Tribunal Supremo hizo saber que dictaba condena de multa e inhabilitación, con lo que desdice por tanto al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y decreta que cometieron un delito al no disolver el grupo Sozialista Abertzaleak tras la ilegalización de Batasuna.

El contenido exacto del fallo no se hará público hasta dentro de unos días, y ni siquiera se ha precisado a cuánto ascienden la multa y la inhabilitación. Como dato aproximativo, la petición de Manos Limpias, impulsora del recurso aceptado por el Supremo, asciende 108.000 euros y dos años de inhabilitación para cada uno.

Esta última medida no tendrá repercusiones prácticas dado que ni Atutxa (PNV) ni Knorr (EA) ni Bilbao (EB) ostentan cargos públicos, pero es innegable su repercusión política. Al parecer, algunos magistrados han presentado votos particulares discrepantes con la condena.

La decisión de la mayoría del tribunal (el tema fue analizado de modo excepcional por la Sala de lo Penal al completo) se toma además contra el criterio de la Fiscalía. La opinión del Ministerio Público, por lo tanto, ha pesado menos que la del sindicato ultraderechista Manos Limpias.

Ahora, a los acusados les queda como única opción reclamar el amparo del Tribunal Constitucional español por vulneración de derechos básicos.

La declaración del Supremo

El litigio ha tenido un largo recorrido hasta llegar al Supremo. Se inció en 2003, cuando la Sala del 61 de esta instancia decretó la ilegalización de Batasuna, HB y EH. Poco después, el Alto Tribunal español ordenaba «declarar la disolución del grupo parlamentario Araba, Bizkaia eta Gipuzkoako Sozialista Abertzaleak y, en consecuencia, expedir requerimiento al Excmo. Sr. Presidente del Parlamento Vasco a fin de que por la Mesa de aquella Cámara, sin demora, se lleve a efecto la disolución del citado Grupo Parlamentario que así ha sido acordada». En la Cámara navarra ya se había hecho lo mismo con anterioridad, con lo que los parlamentarios de la izquierda abertzale pasaron al grupo mixto.

La Mesa del Parlamento -con el voto de Atutxa, Knorr y Bilbao- defendió en el ámbito de su competencia y decidió que no disolvería SA. El grupúsculo Manos Limpias siempre ha defendido que aquélla fue una acción de desobediencia, aunque hasta ahora ningún tribunal la había considerado como tal.

En la vista sobre el recurso celebrada ayer en el Supremo, el letrado del grupo ultra insistió en que la decisión de incumplir el mandato del Supremo fue tomada «con voluntad consciente». Esta parte llamó la atención sobre el cambio de posición de la Fiscalía en el transcurso del proceso, ya que al inicio, en la época en que gobernaba el PP, impulsó la celebración del juicio oral, pero tras la victoria del PSOE propuso la absolución.

En este punto, el abogado de Manos Limpias se quejó de que con ello la Fiscalía intentaba presentar a las acusaciones populares como «bufones inmorales de una democracia degenerada». El presidente del tribunal cortó entonces su discurso y le instó a ceñirse a argumentos de tipo jurídico.

Fiscalía y defensa

Por su parte, la Fiscalía y la defensa de los acusados coincidieron en su estrategia: se centraron en esgrimir que la doctrina sentada a raíz del llamado «caso Botín» establece que no cabe llevar a juicio procedimientos de tipo abreviado cuando sólo ejercen la acusaciones acciones populares, como ocurre en este caso con Manos Limpias. La deci- sión deja claro que esta tesis no ha sido aceptada.

Curiosamente, el mismo Pleno de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo que no aceptó ayer esta opción fue el que decidió hace pocas semanas que la llamada «doctrina Botín» debe ser de aplicación general, y que por tanto no cabe abrir juicio oral cuando lo piden sólo entes como Manos Limpias.

La decisión de ayer puede afectar además al recorrido del proceso contra las reuniones entre partidos políticos, por el que están procesados Juan José Ibarretxe, dos interlocutores del PSOE y cinco más de la izquierda abertzale. Tras la «doctrina Botín» cabía concluir que el juicio no se celebraría y que como mucho deberían sentarse en el banquillo el primer día.

La inesperada decisión de ayer fue tomada tras una sesión celebrada a puerta abierta y con la presencia de Atutxa y de Bilbao, así como de otras personas que acudieron a respaldarles. Ninguno de ellos mostraba dudas de que el Tribunal Supremo confirmaría la absolución dictada ya en dos ocasiones en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

Atutxa: «Respeto» sobre ANV

Entre ellas estaba, por ejemplo, la actual presidenta del Parlamento de Gasteiz, Izaskun Bilbao, que fue preguntada por qué ocurriría con el grupo de Ezker Abertzalea si los jueces españoles suspenden EHAK. «Hay que esperar, no sabemos qué va a deparar el futuro ni cuál va a ser el camino», opinó.

Por su parte, Atutxa expresó su «respeto con la decisión que puedan adoptar los tribunales» respecto a ANV y EHAK, y aseguró «no encontrarse en situación de poder ofrecer una opinión al respecto».

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha anunciado hoy una rueda de prensa para valorar la decisión judicial de ayer contra Atutxa, Knorr y Bilbao. El Gobierno de Lakua también analizará seguramente la situación en su reunión semanal de hoy.

PROFECÍA DE AZNAR

José María Aznar, el presidente del Gobierno del PP que fue impulsor de este proceso judicial, aventuró en su día que «quien echa un pulso al Estado, lo pierde». La frase parece haber sido profética al llegar el caso al Supremo.

«DOCTRINA BOTÍN»

La Fiscalía y la defensa de los acusados la esgrimieron al concurrir sólo Manos Limpias como acusación, pero esto no ha sido atendido pese a que el propio Supremo decretó que esa práctica debía generalizarse.

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