Segunda Balance
Una línea positiva a pesar de todos los aspectos negativos
Los blanquiazules acaban la primera vuelta con una serie de 17 puntos sobre 24
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
La Real llega al ecuador de la temporada en una situación que cualquiera habría firmado cuando el equipo comenzó la temporada rodeado de negatividad y desconfianza con derrotas en los dos primeros partidos de Anoeta ante Castellón y Poli Ejido y algunos sostenían que el único objetivo que podía marcarse era el de la permanencia.
El comienzo fue muy duro porque a Coleman le costó adaptarse a una categoría y una plantilla desconocida en un ambiente infame, que provocaba que el equipo saliera aterrado cada vez que tenía que jugar en Anoeta, donde perdió tres de los cinco primeros partidos disputados, mientras que fuera, sin tanta presión negativa, la Real obtenía buenos resultados.
En esos momentos de duda y de desconfianza, el Consejo presidido primero por María de la Peña y luego por Juan Larzabal, Salva Iriarte y el cuerpo técnico formado por Chris Coleman y Steve Kean trasmitieron confianza y tranquilidad a los jugadores y, conforme el técnico daba con la tecla correcta y el vestuario recuperaba la autoestima, empezó a ser un equipo difícil de batir apoyado en una buena actuación defensiva.
Entonces le faltaba ganar partidos y comenzar a meter goles y ese paso definitivo llegó con la apuesta por un equipo joven con label de Zubieta en el partido clave contra el Málaga. Aquel encuentro y el de Motril fueron los dos puntos de inflexión.
El líder cayó en el mejor partido de un joven equipo realista de 22,9 años de media y empezó una racha de ocho partidos en la que los blanquiazules han logrado cinco triunfos, dos empates y una derrota en el último minuto en Salamanca con un penalti injusto. Una racha que es todavía mejor desde el partido ante el Granada 74 tras 16 jornadas en las que se llevaban catorce goles. La Real ha ganado cuatro de los cinco últimos partidos con diez goles a favor.
Datos individuales
Todo análisis de la progresión positiva de la Real debe basarse en el colectivo, en la gran unidad y fuerza de todo el vestuario, pero a nivel individual ha destacado Asier Riesgo, el único realista que ha jugado todos los minutos con un nivel tan alto que nadie se atreve ahora a pedir la titularidad de un buen portero como Claudio Bravo.
Díaz de Zerio ha marcado siete goles por los dos de Delibasic pese a jugar menos que el delantero fichado para ser el nueve del equipo. La comparación del donostiarra y el montenegrino refleja que los jóvenes jugadores de casa han dado un mejor nivel que las incorporaciones, aunque Gerardo, Víctor López y Vaughan sí cumplieron bien cuando jugaron.
Tras escuchar a un locutor narrar maravillado las «asistencias» de Martí a Díaz de Zerio uno imaginaba pases geniales rodeado de rivales que dejaban al delantero el gol hecho. La asistencia es un término acuñado en el baloncesto para definir aquel pase en el que el receptor no tiene que hacer más gesto que el lanzamiento a canasta. Es decir, ninguno de los dos pases de Martí son una asistencia y tampoco tienen tanto mérito ni dificultad. Los dos se realizan sin oposición, el primero es interceptado por un defensa y el segundo es un balón bombeado que Díaz de Zerio hace bueno en el centro del campo con su gran control y la velocidad con la que se dirige a la portería. Uno entiende que los que no han confiado en su justa medida en esta plantilla tengan que exagerar lo que hacen los nuevos para alimentar la ilusión, como se elogia a Eizmendi por ordenar tres cambios para el minuto 62, algo que ningún entrenador debe hacer cuando se gana 0-2 sin ninguna necesidad. Si llegan a expulsar a Riesgo en el 65, si el debarra no se luce o se lesiona alguien habría que ver esas lecturas... Es bueno que los negativos quieran ver ahora todo en positivo, aunque tienen más mérito las paradas de Riesgo, el cabezazo de Garitano con un rival pegado a él en el 0-1 y el partidazo y los goles de Díaz de Zerio.
ITURRIA
