Sarasola y Portu se niegan a declarar, y el juez dicta prisión tras sostener que «no han negado los hechos»
GARA |
Igor Portu y Mattin Sarasola se negaron ayer a declarar en la Audiencia Nacional ante el juez Santiago Pedraz acerca de su supuesta participación en el atentado que se produjo el 30 de diciembre de 2006 en la Terminal-4 de Barajas, y rechazaron someterse a las pruebas con las que se pretendía acreditar esa imputación.
Tras comparecer ante el juez por un tiempo de 15 minutos cada uno, el fiscal Ignacio Gordillo pidió prisión para ambos por la muerte de dos personas, con motivo de la explosión, y por dos delitos de estragos terroristas. Pedraz ordenó prisión incondicional para Portu y Sarasola por la explosión de la furgoneta-bomba en la T-4, al haber encontrado «motivos bastantes de la participación de ambos en este atentado».
Según el auto de prisión, Sarasola habría aparcado la furgoneta en el estacionamiento de la T-4 para que estallara el 30 de diciembre de 2006, mientras que previamente Portu habría avisado telefónicamente de su explosión a la DYA, GARA y los Bomberos de Madrid. Siempre según el auto, los acusados «no han negado los hechos», toda vez que agrega que «se han limitado a acogerse a su derecho de guardar silencio».
Durante la declaración, Sarasola visionó fotogramas correspondientes a las cámaras de seguridad del aeropuerto en los que, según la Guardia Civil, se le podía reconocer abandonando las instalaciones de la T-4 portando una maleta y provisto de una peluca castaña, una gorra, una mascarilla y una muleta. Sin embargo, el vecino de Lesaka se negó a realizar comentario alguno. Por su parte, Portu rechazó someterse a una prueba caligráfica y otra de voz que pudieran acreditarle como autor de la llamada al teléfono de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, mediante la que se avisó de la colocación de la furgoneta-bomba. Según la declaración policial, al ser detenido llevaba en su cartera una nota con dos números de teléfono, uno de ellos del citado servicio municipal.
Portu también reclamó la presencia de una intérprete de euskara para realizar su declaración, aunque finalmente se negó a realizar ningún tipo de manifestación, al igual que Mattin Sarasola.