El secretario general adjunto de ELA, Adolfo Muñoz, afirmó ayer que «no conocen en Europa ningún gobierno tan ultraliberal como el vasco» y aseguró que el Ejecutivo de Lakua, cuyos «aliados» son la patronal y sindicatos minoritarios, trabaja «a destajo para defender los intereses de la patronal y del capital».

Consideró, en una entrevista a EITB, que ese carácter «se ve en muchos aspectos, en la política fiscal, utilizando el Concierto económico, determina que el PP y el PNV se pongan de acuerdo en reducir impuestos a los más ricos, rentas empresariales y rentas de capital».

Subrayó, que la CAV está «en la cola de Europa en gasto social» y aseguró que eso «se nota en Sanidad, en Educación, en dependencia, en guarderías, en que hay que pagar las autopistas». «Nosotros exigimos, porque hay dinero, que la Administración recaude, que recaude progresivamente a quienes más tienen y que equilibre, interviniendo en el gasto», añadió.

En ese contexto de cada vez más reducido gasto social, Muñoz afirmó que Lakua «es capaz de cerrar el Presupuesto con un superávit escandaloso», lo que equiparó «como un mal padre, que tiene a los hijos mal alimentados y guarda mucho dinero en el banco».

El dirigente de ELA aseguró que «hay que cambiar esta situación» y exigió a las administraciones vascas «una política más social porque se puede y no quieren hacerlo».

«Una gran mentira»

Muñoz se refirió, por otra parte, a la negociación colectiva, sobre la que avanzó que el objetivo de su sindicato será «dignificar» las condiciones de trabajo, porque «hay una gran mentira que preside todo». Subrayó que «las rentas de trabajo han perdido en el reparto de la riqueza muchos puntos».

Muñoz denunció la apuesta de la patronal «por la precariedad, por los bajos salarios, las condiciones discriminatorias y la subcontratación como elemento de deterioro de las condiciones de trabajo para ganar más dinero».

ELA, por otra parte, también valoró los presupuestos de Nafarroa aprobados ayer. Indicó que son «continuistas, trampeados y antisociales» y que evidencian «una clara orientación de ignorar las necesidades sociales».

Señaló que el gasto público «no es el suficiente para poder responder a las necesidades de la sociedad navarra» y, por este motivo, aseveró que «los problemas de la gente corriente no son las preocupaciones de este Gobierno».