Pako Aiestaran explicó ayer que su dimisión como consejero responsable del área deportiva de la Real pocas semanas después de ser elegido se basa en que Badiola no cumple con lo que le prometió cuando aceptó su propuesta el 15 de diciembre.

Entonces, según desveló Aiestaran, Badiola le dijo que tendría las funciones de «manager general, que elegiría al entrenador del primer equipo, las plantillas, la dirección de los departamentos, la secretaría técnica y toda la estructura y los responsables de cada departamento. Empiezan a darse una serie de cambios de criterios y manifestaciones de Badiola con las que no estoy de acuerdo, y me dice que son fruto de la campaña. Pero surgen una serie de dudas y el caso del entrenador me hace que deje el club».

El de Beasain dejó en evidencia a Badiola, que el jueves aseguró que el nombre de Oliva era «crecepelo» que daba un medio para relacionarle con Piterman y que el domingo dio a entender que Aiestaran iba a seguir porque la relación entre ambos era «exquisita», cuando ya le había comunicado su decisión de abandonar el club si no llegaba el técnico.

Explicó con muchos detalles todo el caso y las razones por las que eligió a Oliva, al que llamó el 25 de diciembre y el 6 de enero para plantearle la posibilidad de sustituir a Coleman y vio que el acuerdo era cercano. Aiestaran señaló que el día 7 Badiola llamó a Oliva «no para decirle que era una opción más, sino para preguntarle cuál es su contrato en el Villarreal, su indemnización y cuanto querría cobrar por venir».

Tras la dimisión de Coleman el pasado miércoles, Aiestaran volvió a llamar a Oliva para que cerrara su salida del Villarreal y su incorporación a la Real. Sin embargo, mientras el consejero decidía eso, Badiola empezó a negar a periodistas que le llamaban que el catalán fuera a venir.

Aiestaran señaló que Oliva logró rescindir el jueves el contrato con el Villarreal sin tener que pagar nada, aunque planteó la posibilidad de que la Real jugase un amistoso como contraprestación. Entonces el beasaindarra se puso en contacto con Badiola para que cerrara la operación.

«Me dice que iba a coger un vuelo, que vamos a esperar, estar tranquilos y luego hablamos. Le digo que hay que solucionarlo ya y me responde que igual tenemos que plantearnos otra opción. Me sorprende, cuando llevamos tanto tiempo hablando y todos teníamos claro que Oliva era el entrenador. Entonces el marco cambia. De decirte que tú decides al ámbito deportivo a decir que el que paga es él y es el que decide».

Tras esa charla, en la presentación de Martí, Badiola negó tajantemente que Oliva fuera a venir. En ese momento, Pako Aiestaran se siente desautorizado, piensa en dimitir y se reúne con Badiola el sábado en Madrid.

Entrenar a la sombra de Eizmendi

Ayer revelaba que «Iñaki dijo el jueves que el sustituto de Coleman iba a ser un entrenador de nivel, de lo que no tengo conocimiento en absoluto. Se dice que entre Eizmendi y Pako Aiestaran pueden llevar el equipo, cosa que a mí no me consulta».

Aiestaran desveló que en la reunión de Madrid rechazó la propuesta que le trasmitió Badiola de ser el entrenador en la sombra. Quería que Eizmendi figurara como entrenador y Aiestaran confeccionara las alineaciones, lo que deja en evidencia el concepto que el presidente tiene del técnico al que ayer confirmó hasta junio.

«De entrada le digo que estoy fuera del proyecto porque el marco ha cambiado. Porque me ha fallado a mí, pero también a un entrenador que está en su casa con la maleta hecha y al que se ha dejado sin equipo. Me decía que no era posible Oliva por la presión. Creo que nunca las decisiones pueden estar condicionadas por los medios. Trata de convencerme para que siga en el proyecto y no lo veo. Cuando le pregunto quién era el entrenador de nivel que podía entrenar a la Real, me dijo que era yo y le digo que no entraría en ese marco y que no estaría a la sombra dirigiendo la labor de Eizmendi».

Última tentativa

Añadió que en esa reunión le dijo a Badiola que había una posibilidad entre diez para que siguiera en la Real. El domingo vuelve a llamarle para proponerle seguir si viene Oliva, algo a lo que Badiola respondió negativamente porque «él es el que paga, arriesga el dinero y debe tomar las decisiones. Como no entro en ese marco, que ha cambiado, me tengo que ir».

Aiestaran negó que se haya comprometido con el Barcelona, tal como ha alimentado Badiola, y dijo que tras las críticas, especialmente de Toshack, estuvo a punto de aceptar firmar el contrato de tres años como manager que le había propuesto. Ayer se alegraba de no hacerlo.

Elogió la madurez de la plantilla para superar todo lo que le rodea esta temporada, se sintió utilizado por Badiola porque la confianza que le trasmitía para llevar el tema deportivo no se ha correspondido con la realidad. Y decía que de esta experiencia saca dos lecturas: que no se puede estar entre dos aguas -como pretendió al querer ser responsable de la Real sin dejar de vivir en Inglaterra- y que la ilusión no puede cegarle.

Lamentó no haber hecho caso de los consejos recibidos para no trabajar con Badiola: «Cuando me decían si sabía lo que hacía, si estaba loco... no sabía si venía a la Real o me iba al frente a Irak. Miraba a todos los lados y preguntaba dónde están los enemigos, y lo que me he olvidado es de mirar a mi lado, que es la gente que me ha fallado».

Señaló que si Badiola sigue esa línea de no delegar la faceta deportiva en técnicos está abocado al fracaso y abogó porque se centre en el tema económico y confíe el deportivo a los que conocen mejor esta faceta.