Cada precandidato en esta cultura tan infectada por la fama estilo Hollywood ha buscado el respaldo ¯y sobre todo la fotografía¯ de «estrellas». Aquí algunos ejemplos entre los demócratas: Hillary Clinton ha sido apoyada por el director Steven Spielberg, el cantante Tony Bennett, el legendario baloncestita Magic Johnson, el músico Quincy Jones, la cantante y actriz Barbara Streisand y el autor John Grisham.

Barack Obama cuenta con el respaldo de la superestrella de televisión Oprah Winfrey, los actores George Clooney, Scarlett Johansson, Will Smith y Halle Berry, entre otros.

John Edwards enlistó a los músicos John Mellencamp, Bonnie Raitt, Harry Belafonte y Jackson Browne, los actores Tim Robbins, Kevin Bacon y Madeleine Stone, y el campeón ciclista Lance Armstrong.

Los precandidatos republicanos cuentan con pocas estrellas comparados con los demócratas, entre ellos Rudolph Giuliani con Bo Derek, Tom Selleck, Adam Sandler y Cheryl Ladd, entre otros. Mike Huckabee cuenta con Chuck Norris, estrella de películas de segunda (¿o tercera?) categoría de combate estilo Rambo, quien no ha trabajado en años, y el viejo rockero Ted Nugent. Mitt Romney cuenta con el as del beisbol Curt Schilling, así como con Donnie y Marie Osmond.

El precandidato republicano Mitt Romney marchó en un desfile para conmemorar a Martin Luther King, Junior, donde intentó «atravesar» líneas raciales y «conectar» interculturalmente. Abrazando a una joven afroestadunidense rodeada de sus compañeras, Romney comenzó con who let the dogs out, wuf, wuf, estrofa de una canción comercialmente popular hace ya años de un grupo negro. Poco después vio a una niñita en brazos de su madre, y tocando su collar dijo que tenía su bling bling, o sea joyería de oro en el lenguaje de las calles. El performance fue un poco tieso para un multimillonario blanco cuya religión, el mormonismo, tardó hasta mediados de los años 70 (del siglo XX) en reconocer formalmente a los afroestadunidenses.

Rudolph Giuliani está apostando casi todo en su campaña presidencial sobre la primaria en Florida, que se celebra hoy. Pero hay momentos en los que no decir algo es mejor que decirlo: cuando hace giras electorales por la comunidad cubanoestadunidense -se calcula que uno de cada 10 votantes en las primarias republicanas del estado son cubanoestadunidenses- desaparece de su discurso el tema del control de migración, particularmente su posición de que «necesitamos (...) requerir que los inmigrantes lean, escriban y hablen inglés», como se lee en su sitio oficial de Internet. En este ámbito, no sólo no dice eso, sino que en los medios locales se promueve con anuncios en español.

El republicano John McCain, quien no oculta su opinión sobre su contrincante Mitt Romney, comentó en Nueva Hampshire: «Nunca te metas en una competencia de lucha libre con un cerdo. Ambos se ensucian, y al cerdo le gusta».

Giuliani, por su parte, se presenta como el «alcalde de América», héroe de los ataques del 11/S y gran defensor de los policías y bomberos que respondieron al desastre. Sin embargo, la Asociación Internacional de Bomberos está promoviendo una campaña de oposición contra el supuesto líder, a quien acusan de que 121 bomberos murieron durante el 11-S por las carencias en equipo y fallas en preparación para el desastre durante la gestión de Giuliani como alcalde.

Clinton versus Kerry. Dos de las figuras más prominentes de EEUU se están enfrentando por la elección, aunque ninguno de ellos es precandidato. John Kerry se proclamó en favor de la precandidatura de Obama y, en respuesta a los ataques de Bill Clinton contra Obama, dijo que «ser un ex presidente no te da licencia para abusar de la verdad»..

Según el sitio de cálculo para apostadores Intrade, las posibilidades de que Clinton gane la nominación del Partido Demócrata para ser su candidato son calculadas en 65.0%; a Obama le da el 32.2 por ciento. Del lado republicano, a John McCain le da un 50%, a Romney 30.8%, y a Giuliani el 11.1%