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NBA

Nueva Orleans, candidato a todo a base de «suicidios»

Los Hornets derrotaron con facilidad a los Spurs y firman una racha de ocho victorias consecutivas que les ha dado el primer puesto del Oeste

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Izkander FERNÁNDEZ | BILBO

El preparador físico mira al reloj del techo e indica que hay que empezar con un escueto «vamos». Los jugadores arrancan desde la línea de fondo bajo una de las canastas y corren hasta la línea de personales. Giran y vuelven a la línea de fondo. Giran de nuevo y corren hasta la mitad del campo. Regresan a la línea de fondo.

Sin parar, se apresuran a alcanzar la línea de tiros libres de la otra canasta. Tienen que volver a su canasta. Pero queda el último largo, queda esprintar hasta la línea de fondo de la canasta contraria y volver de nuevo al punto de inicio. Eso es lo que en EEUU se conoce como un «suicidio». Y los Hornets de Nueva Orleans tienen que hacer veinte de esos «suicidios» en veinte minutos.

Un hombre alto, un pívot o un ala-pívot, necesita unos 25 ó 30 segundos para terminar un «suicidio». Un jugador exterior, unos 15 ó 20. Eso quiere decir que durante veinte minutos los jugadores han de vivir un infierno en el que apenas tienen tiempo de recuperar para comenzar la siguiente sesión. «Después de esto, no les quedan demasiadas ganas de verme», bromea el preparador físico.

Parece que la NBA quiere impulsar el modelo de equipo que representa la franquicia de Nueva Orleans: sólido, compenetrado, sin grandes estrellas y con la ética de trabajo como principal muestra de identidad. Los Hornets no sólo contestan con trabajo a destajo, también lo hacen con hechos positivos. Han obtenido ocho victorias en sus últimos ocho encuentros. Nueve en los últimos diez. Y eso los ha convertido en los líderes de la Conferencia Oeste por encima de los todopoderosos San Antonio , Dallas y Phoenix.

«Es una idea que tiene muy interiorizada este equipo, si no trabajas duro, no obtienes el respeto de tus rivales», asegura Byron Scott, entrenador jefe de los Hornets y ex jugador de los mágicos Lakers de la era del showtime. Scott, con los años, parece un ser antagónico a lo que representó en la cancha junto a Magic Johnson o James Worthy. El talento ha dado paso a un discurso que únicamente entiende de sudor y sacrificio.

En apenas unos años, Scott ha conseguido reflotar a unos Hornets que, después de unos años de relativa gloria en Charlotte, amenazaban con convertirse en un reducto marginal en su viaje a Nueva Orleans. Lo ha hecho desde la sombra, trabajando y moviendo fichas casi imperceptiblemente.

Ahora, los frutos comienzan a caer del árbol, el equipo muestra un carácter sólido en el que todo el mundo aporta. Chris Paul es la cabeza visible -la prensa de EEUU siempre necesita un protagonista-, pero en Nueva Orleans hay mucho más: Peja Stojakovic, Tyson Chandler, David West y así hasta el último componente de los nuevos Hornets aspirantes a todo.

«Lo que todo el mundo se preguntaba era si estos Hornets podían derrotar a los grandes equipos del Oeste. Bien, los Spurs también han caído», indicaba feliz Tyson Chandler tras la octava victoria consecutiva de su equipo ante San Antonio por un esclarecedor 102-78.

Byron Scott vuelve a sacar pecho, quizá es el momento oportuno ahora que todo va bien: «El gran acierto es que este equipo no juega para su entrenador, juega para sí mismo, juega para el equipo».

líderes

New Orleans Hornets son primeros en la complicada Conferencia Oeste con 31-12 y aventajan a Phoenix Suns en medio partido, a Dallas Mavericks en partido y medio y a San Antonio Spurs en dos y medio.

SOLVENTE

Los Hornets son el equipo más peligroso a domicilio tras Boston Celtics y uno de los más solventes en su propia cancha, donde suman 15 victorias y 7 derrotas.

«Hago lo necesario para ser mejor jugador»

En Nueva OrleAns trabaja todo el mundo. Hasta los que menos juegan. El jugador de decimoprimer año Bobby Jones asegura ante las cámaras que tras el entrenamiento con el equipo se queda a diario en la cancha para lanzar cien tiros libres y trescientos triples, cien desde el centro y cien desde cada esquina. «Es mi decimoprimer año y sigo haciendo todo lo necesario para ser mejor jugador», destaca. «Tirar a canasta es un ejercicio completo, no sólo tienes que controlar el tiro, tienes que saltar. Y hacerlo tantas veces te ayuda a trabajar todo el cuerpo», asegura el base. Las imágenes promocionales de los nuevos Hornets también muestran al ala-pívot Tyson Chandler sujetado mediante una goma elástica por un asistente mientras sus compañeros lanzan a canasta y Chandler ha de coger los rebotes y lanzar a canasta. En cada salto, la goma aleja a Chandler de la canasta. Pero en la cancha no hay gomas. Sólo resultados. I.F.

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