Agustín GOIKOETXEA

Pelucas y trajes de época, además de una cuidada presentación, no fueron suficientes para ocultar que la censura excluye a las comparsas de marchar con sus montajes carnavalescos transgresores por la arteria en la que lo hicieron por primera vez en 1979 y del que, por orden del alcalde Iñaki Azkuna, están desterrados desde hace cuatro años. «Todavía no disponemos de permiso y hora para desfilar por Hurtado Amezaga», se quejó ayer Ander Eiguren, uno de los portavoces de Bilboko Konpartsak y miembro de la Comisión Mixta de Fiestas, en la presentación del programa oficial de las Carnestolendas bilbainas, donde fue caracterizado como gondolero veneciano.

«Es frustrante. No sabemos por dónde vamos a desfilar», denunció Eiguren, sentado a menos de un metro de la presidenta de la Comisión y concejala delegada de Turismo y Fiestas, Isabel Sánchez Robles, a la que las palabras del comparsero de Sin Kuartel escocieron y obligó a responder. El portavoz de Bilboko Konpartsak explicó que «el espacio tabú -en referencia a la Gran Vía, por donde se les impide desfilar- se va a utilizar para un nuevo desfile, en el que una de las premisas fundamentales para hacerlo es la censura. La gente lo tiene que saber».

Eiguren desveló, asimismo, que mientras las comparsas participan de la organización del programa oficial, el Ayuntamiento se encarga de poner trabas a sus actividades, como la degustación de chorizos por el Casco Viejo que se impide acompañar de una romería, a las 22.00, el Jueves Gordo. «Hay que reflexionar hacia qué modelo de Carnavales vamos», subrayó, antes de añadir que su apuesta, como ha sido desde hace casi tres décadas, es por «unos carnavales populares y participativos», que mantienen contra viento y marea.

Mientras las comparsas inician el sábado, a las 17.30, su tradicional desfile desde Hurtado Amezaga hasta El Arenal, el Ayuntamiento ha programado otro, denominado Karrikaldia, a las 18.30, del Sagrado Corazón por la Gran Vía hasta su confluencia con las alamedas Mazarredo y Urkijo. Será, según explicaron los responsables municipales, «un gran espectáculo de luz, sonido, efectos especiales y pirotecnia, y seis carrozas exclusivamente diseñadas para la ocasión».

«Vamos a volver loca a la ciudadanía con dos desfiles a la misma hora», confesó Ander Eiguren, al ser preguntado por los medios de comunicación acerca de la coincidencia horaria en los desfiles. La concejal jeltzale lo negó. «Se pueda asistir a los dos actos, son complementarios», argumentó, siendo replicada por el comparsero con un «a todo correr».

El montaje municipal contará con la participación de más de 300 personas, entre artistas, bailarines, figurantes y técnicos. Además, se establecen «espacios de participación popular» limitados a los pequeños con sus padres por delante de la carroza de Betizu y, para los adultos disfrazados al igual que los txikis, tras la carroza Karneval, que cerrará la marcha promovida por el Ayuntamiento. Las otras carrozas serán Gargantúa, Farolín y Zarambolas, Río de Janeiro y Baserri Glamour.

A la conclusión de la marcha, entre la Plaza Elíptica y la confluencia de Gran Vía con las alamedas de Mazarredo y Urkijo se instalará el Aratustodromo. Desde las 20.00 hasta que la Pirotecnia Astondoa lance una colección de fuegos artificiales, a las 22.00, desde el parque de Etxebarria, se ubicarán tres escenarios. El primero, próximo a la Plaza Elíptica, será una macrodiscoteca -Karneval- que nos trasladará a los años 70 y 80, con una gran vidiwall lleno de imágenes y efectos, así como las actuaciones de Las Fellini, Asier Bilbao y Las Hermanas Glam, ganadoras el pasado verano de Operación Travesti.

Frente del palacio foral estará Baserri Glamour con el baile de Sorgin Dantza, Carnavales de Lanz o bailes gallegos, acompañados de la elaboración de una «macroqueimada», a la que se invitará a todos los disfrazados.

En la confluencia de Gran Vía con Alameda Urkijo se colocará el escenario Río de Janeiro, donde el grupo Rio Samba Show ofrecerá un espectáculo, al igual que harán inmigrantes latinoamericanos con Mapale, baile del Carnaval de Barranquilla. Para atraer al público hacia su montaje de Gran Vía, del que se ha excluido a las comparsas, el Consistorio ha convocado un concurso de disfraces, con más de 6.000 euros en premios, en el que se valorarán aspectos como la participación, la originalidad, la animación, la puesta en escena y el aspecto carnavalero de los trajes.