Representantes de Bilboko Konpartsak comparecieron ayer para invitar a los bilbainos a participar en los Carnavales, especialmente en el desfile que vienen organizando desde 1979. Frente a su modelo participativo, acusaron al Ayuntamiento de tratar de «imponer» uno en el que hay censura y del que se trata de excluir a las comparsas.

El reflejo de la actual política municipal será no dejar marchar por la Gran Vía, por cuarto año consecutivo, a quienes no aceptan la censura previa a los montajes y disfraces carnavalescos y el impulso por esta arteria de la villa -que definieron como «espacio tabú»- de «un desfile paralelo» con «formato de espectáculo, sin participación de las gentes de Bilbao».

Las comparsas serán abocadas a desfilar por Hurtado Amezaga hasta El Arenal, a partir de las 17.30 del sábado. Ander Eiguren, portavoz de Bilboko Konpartsak, lo consideró un espacio «indigno, como ha quedado demostrado en los tres últimos años. Incluso las diferentes alternativas que hemos planteado para mejorar las condiciones de la bajada -desveló- han sido desechadas sin mayor argumentación».

Conscientes de la competencia que les plantea la programación diseñada por el Consistorio, a partir de las 18.30 en la Gran Vía, Eiguren se mostró seguro de que miles de personas optarán por acudir al desfile tradicional, en que marcharán al menos 25 vehículos, además de unos 36 colectivos con vistosos y originales disfraces. «Tenemos claro que el pueblo de Bilbao sabe reconocer su idiosincrasia y el tipo de fiesta que le gusta», apostilló el comparsero.

La programación comparsera se completa, entre otras iniciativas, el domingo con la trigésima edición del concurso de putxeras que, a partir de las 9.00, ocupará la Plaza Nueva.

Donde ha habido sintonía con las autoridades locales ha sido en la organización de la quema de la Sardina, el martes 5 de febrero, «un acto alejado de formatos enlatados» que se encargará de animar el grupo Hortzmuga. Las comparsas desean potenciar a partir de ahora esta procesión fúnebre-festiva.