Segundos
Revestido con piel de cordero injustamente sacrificado, Atutxa (PNV) se echó a la calle el sábado para pedir abrigo por haber defendido -decía- la soberanía del Parlamento de Gasteiz. Ahora pide al Tribunal que le condenó que despoje de su calidad de electos a quienes fueron elegidos por el pueblo. Le hubieran bastado, dice, 13 segundos para «ponerlos de patitas en la calle». Bajo la patita blanca se sigue escondiendo la garra peluda.
OLASO