Una adolescente que toma sus propias decisiones
«Juno»
Público y crítica se han rendido ante la nueva película sorpresa del cine independiente, que se ha colado en los Oscar con cuatro nominaciones principales, entre las que destaca la de Mejor Película y Mejor Actriz Principal. Esta divertida e inteligente comedia ha encumbrado ya a su joven protagonista Ellen Page y a su prometedora guionista Diablo Cody.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Lo de la película sorpresa que llega a los Oscar representando al mejor cine independiente se está convirtiendo en una grata costumbre, mantenida esta vez por «Juno», que a buen seguro nos va hacer disfrutar tanto como el año pasado lo hizo «Pequeña Miss Sunshine». Son creaciones imaginativas y divertidas que dan toda una lección a los ejecutivos de los grandes estudios, que no saben hacer nada sin un presupuesto multimillonario. «Juno» ha costado dos millones y medio de dólares, una cantidad ridícula para las cifras astronómicas que maneja habitualmente el cine norteamericano. Antes de su estreno en el resto del mundo ya ha dado más dinero que cualquier publicitada superproducción, con lo que rompe la dictadura del mercado devolviendo la esperanza en aquellos productos que conectan directamente con el público, sin necesidad de intermediarios o campañas previas de lavado de cerebro.
El secreto del éxito de «Juno» está en saber diferenciarse de la estupidez inherente al grueso de las comedias juveniles, mediante un tratamiento inteligente y sensible. Es un poco lo que consiguió el arrollador Judd Apatow con «Lío embarazoso», pero desde la mayor originalidad que supone renunciar al punto de vista de los chicos y sus problemas hormonales, sustituyéndolo por la reveladora y necesaria perspectiva de ellas, que son las que a edad temprana han de recurrir a una mayor madurez para decidir sobre su sexualidad y el resultado, a veces no deseado, de las primeras relaciones. «Juno» es sencillamante un prodigio, una maravilla, gracias a que está narrada en primera persona por una adolescente de 16 años que sabe lo que dice.
Habrá a quien le sorprenda la nominación al Oscar de Mejor Guión Original para la prácticamente desconocida Diablo Cody, aunque en la contratación de nuevos talentos de la escritura todo va muy deprisa, con o sin huelga de guionistas. Esta «diablesa» ha sido ya fichada por Spielberg, para quien ha escrito su próximo proyecto «The United States of Tara». Ha impactado a la crítica más exigente con su facilidad para escribir diálogos punzantes, hasta el punto de que su talento en dicho apartado ha sido comparado con el del primer Tarantino. El material que maneja la novel autora es siempre autobiográfico, tras debutar en la literatura con el libro «Candy Girl», donde narra sus experiencias como stripper o como locutora en una línea de teléfono erótica. Fue en internet donde empezó a utilizar el nick de Diablo y, gracias a su blog, llamó la atención de un productor de Hollywood, quien le pidió que probara a escribir para el cine.
Sin pelos en la lengua
Para idear el personaje de Juno la autora se basó en su propia juventud, recordando las situaciones y conversaciones vividas, con una exactitud que llama la atención. Al no manipular o dulcificar esos testimonios reales, resultan todavía más chocantes por su desarmante naturalidad. No obstante, sabe darle a su joven heroína una personalidad única, a través de un lenguaje muy suyo, que le pertenece por entero. Además de su peculiar forma de expresarse, sin pelos en la lengua, la chica mantiene en todo momento una actitud firme, en la que la edad no tiene nada que ver. Está sobradamente preparada para tomar las decisiones que puedan condicionar su futuro, así que, equivocada o no, decidirá tomar las riendas de un destino que nadie de su entorno le va a imponer.
La actriz elegida para protagonizar «Juno» tiene ya veinte años, por lo que había algunas dudas sobre su idoneidad al principio del rodaje, disipadas de inmediato. La canadiense Ellen Page no podía fallar, a pesar de esos cuatro años de diferencia, después de ver su impresionante actuación en el thriller psicológico «Hard Candy», en el que, pese a su supuesta bisoñez, se comportaba como cualquier gran intérprete de un drama claustrofóbico de Mankiewicz. La película del inglés David Slade fue todo un descubrimiento en el Festival de Sitges, si bien lo que más llegó a asombrar fue el descaro de Ellen Page, como la adolescente que juega al gato y al ratón con el adulto con el cual contacta en un chat. En algunas críticas de «Juno» se ha dicho que su creación es el equivalente femenino a «Napoleon Dynamite», o que incluso supera a las dos protagonistas de «Ghost World».
Los principales elogios se los llevan la actriz Ellen Page y la guionista Diablo Cody, responsables de la destacable feminidad de la película, aunque no sería justo dejar fuera al realizador Jason Reitman. Ha sabido hacer que la voz en off de la protagonista, como narradora, pase desapercibida y no reste agilidad al relato. Las transiciones entre las distintas etapas (relación sexual, embarazo y adopción) por las que pasa la precoz madre, apenas si se nota, mérito que tampoco ha pasado desapercibido a cuantos críticos se han entusiasmado con la película sorpresa del año. Es posible que al hijo de Ivan Reitman, que empezó como actor infantil en las películas de su padre, le haya favorecido la sinceridad expresiva y la sencillez contenida en «Juno», nada que ver con el carácter controvertido y ambiguo de su anterior «Gracias por fumar», realizada para el debate y la polémica.
Padres e hijos
Otro aspecto muy comentado, con respecto a la buena sensación que deja la película en el público, es la credibilidad con la que muestra las relaciones entre jóvenes y adultos. La protagonista decide libremente no quedarse con su hijo y cederlo en adopción, lo mismo que elimina voluntariamente la posibilidad del aborto. Sus padres pertenecen a la generación de los maduros comprensivos, así que ella no se siente presionada en ese sentido. Luego está la intermedia, la de los treintañeros que van a adoptar a la criatura. Curiosamente, el padre adoptivo presenta muchas más inseguridades y dudas que la propia madre biológica, al situarse en una franja de edad caracterizada por la falta de iniciativa y de capacidad para tomar responsabilidades. La falta de madurez de éste contrasta con el afianzamiento vital por parte de la protagonista, que devuelve el optimismo sobre un relevo generacional prometedor, tal vez por haber aprendido de los errores cometidos por sus hermanos. No me cabe duda de que Juno va a ser la chica más seguida e influyente del momento.
A pesar de su corta edad, esta joven escocesa cuenta en su currículo con títulos tan dispares como «Hard Candy» (2005), donde interpretaba a una joven que sufría abusos sexuales, y «X-Men: The Last Stand», en la que encarnaba a una mutante.
Aún no es muy conocida, pero su nombre ya figura entre los candidatos al Oscar al Mejor Guión. Según Cody, «los jóvenes están infrarrepresentados en el cine y creo que en mis guiones se ofrece una imagen más real de lo que verdaderamente viven y son».
Dirección: Jason Reitman.
Guión: Diablo Cody.
Música: Mateo Messina.
Intérpretes: Ellen Page, Jennifer Garner, Jason Bateman, Michael Cera, Allison Janney, J.K. Simmons, Olivia Thirlby, Rainn Wilson, Daniel Clark, Aman Johal.
País: EE.UU, 2007.
Género: Comedia adolescente.
Duración: 91 minutos.